El futbol es tan subjetivo que acepta varias realidades. Cualquiera podría decir, por ejemplo, que pese al empate 1-1 en Ciudad Universitaria, Tigres se lleva una ventaja a la vuelta. Hay quien dirá, sin embargo, que el equipo felino no pudo liquidar a Cruz Azul cuando tenía todo para hacerlo. El choque de versiones refleja justo lo que fue el partido de ida de las semifinales, y lo que será la serie en general, un choque de titanes en el que podría pasar cualquier cosa.

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La historia de cada partido se escribe de maneras misteriosas. Cuando la Máquina buscaba acelerar e imponer condiciones en los primeros minutos, quizá impulsado por el ánimo de su gente en la grada, Tigres bajó los decibeles con una de esas jugadas capaces de cambiar dinámicas. Un error en salida del Chiquete dejó la pelota libre en terreno profundo y Tigres lo aprovechó. Correa de pronto encontró un centro dentro del área que remató con facilidad, sin marca, pero demasiado cerca de Gudiño, que achicó aún más el ángulo y logró tapar. La pelota siguió libre y Gorriarán cerca estuvo de mandarla al fondo, pero pegó en el palo, en compañía de un grito ahogado.

Tigres se puso al frente, pero Cruz Azul reaccionó

El equipo de Larcamón pudo tomar la doble oportunidad perdida de los felinos como una señal. Entonces buscó serenarse a través de la posición de la pelota. Poco a poco Cruz Azul escaló metros y a través de pases filtrados comenzó a inquietar a Nahuel. La más cercana llegó con un cabezazo de Rivero que se fue por encima.

Tigres y Cruz Azul no se sacaron ventaja

Sin daños que reportar en la primera mitad, salvo en el cruel mundo del hubiera, y la salida de Ibáñez, las pulsaciones aumentaron en el complemento. La serie dura 180 minutos, pero tiene sus cortes que hacen pensar que cada uno es el último.

La Máquina salió con más dinámica, ya con Rotondi y Farvelli en campo, pero cada vez que buscó un disparo desde la frontal encontró una muralla de felinos dispuestos a tapa cualquier resquicio. Como suele pasar en el futbol, los metros que Cruz Azul adelantó representaron una oportunidad de oro para los de Pizarro.

Correa metió su primer gol en liguilla

De pronto Tigres se internó en terreno enemigo y un centro que parecía tener poco cruzó el área de manera dramática y le cayó a Correa. Un balón tan a modo suele ser definitivo para un jugador de su calidad y así la mandó a guardar, con un fierrazo, imposible para Gudiño. Era el minuto 61 y aún quedaba media hora para liquidar o saber sufrir. Pudo hacer lo primero, pero Brunetta se comió una solo dentro del área.

Cruz Azul entendió que gran parte de la serie estaba en llegar vivo al Volcán, y adelantó líneas y se fue con todo en busca del empate. La insistencia no redituar en un gol directo, pero sí en un disparo de Rivero que encontró la indiscreta mano de Farfán. El silbante no dudó en marcar el penalti y ante la respiración contenida de todo el Olímpico el “Toro” convirtió la pena máxima. De nada sirvieron los intentos de Nahuel de distraerlo. Con el empate al minuto 74 ya no llegó ninguna jugada que pudiera cambiar el rumbo del partido, pero intentos no faltaron. Restan 90 minutos apasionantes, e impredecibles.

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