29, noviembre 2025 - 13:45
Cruz Azul recibe apoyo de su afición foto_ Rubén Beristaín
La Noria volvió a pintarse de celeste. Lo que hace unos meses inició como un gesto espontáneo de apoyo, ahora es tradición y hasta cábala. Eso volvió a confirmarse con decenas de aficionados que se reunieron en las instalaciones de Cruz Azul para darle al equipo otro banderazo multitudinario, como un impulso emocional previo al duelo decisivo ante Chivas en los cuartos de final del Apertura 2025.
Desde muy temprano, el complejo cementero comenzó a llenarse. Entre banderas con todos los títulos en su historia, cánticos que retumbaron en la tribuna principal de cancha uno, humo azul y blanco que cubrió el cielo de Xochimilco y una manta con el escudo cementero que se desplegó entre la multitud.
Los jugadores de Cruz Azul recibieron el apoyo de su afición
Las bengalas iluminaron el ambiente y los tambores marcaron el ritmo mientras la afición presenció el último entrenamiento del equipo, que fue abierto especialmente para el acostumbrado banderazo.
En la tribuna se leyó un mensaje que se volvió consigna de “Un sentimiento que morirá”. Y la escena lo confirmó. La Sangre Azul lideró el apoyo, pero el ambiente fue construido entre familias, niños, jóvenes y seguidores que ya consideran este ritual parte indispensable del espíritu del club.
La nube azul que emergió desde las gradas tiñó por completo la cancha. El humo, mezclado con la manta gigante del escudo y el eco de los cánticos, convirtió La Noria en un pequeño estadio. Una postal que ya es habitual y que, según muchos, trae suerte. Por eso los jugadores agradecieron el gesto entre aplausos y alegría.
Andrés Gudiño y Nicolás Larcamón fueron los más ovacionados
Uno de los momentos más emotivos llegó cuando la afición comenzó a corear un nombre que se volvió urgente tras la lesión de Kevin Mier: “¡Venga Gudiño!, retumbó. El cántico sonó fuerte desde la tribuna. Andrés Gudiño, quien ha tomado la responsabilidad de defender el arco en Liguilla, levantó la mano en señal de agradecimiento. El grupo también se acercó para animarlo y dejarle claro que confían en él.
Mientras el banderazo continuaba, Nicolás Larcamón sorprendió al meterse de lleno a los ejercicios con sus jugadores. Toques rápidos, risas y aplausos acompañaron cada secuencia. El técnico argentino se mostró suelto, cercano y empapado del ambiente. La afición respondió con un grito unánime “¡Larcamón, Larcamón!”. La afición confía en el argentino, y en que podrá llegar a La Máquina a otra semifinal en su historia.
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