22, noviembre 2025 - 18:16
Especialista asegura que el daño de los golpes es mayor en menores de edad. Foto: Cortesía
Raúl Alejandro Grimaldo tiene conocimiento médico especializado en boxeo, por lo que sabe qué cuidados deben tener los pugilistas, antes, durante y después de un combate, máxime cuando son menores de edad, como sucedió con Juan “El Güerito de Tepito” Pérez.
Como médico de ring del Consejo Mundial de Boxeo, incluso, manifiesta que el debut de los peleador podría establecerse una vez que cumplieron los 18 años, para que tenga un cuerpo completamente desarrollado y el riesgo sea menor.
“Todos sabemos soltar golpes, mas no todos sabemos quitarnos los golpes. Entonces, en estos tipos de casos eh sí existe, sí se considera desde una perspectiva médica, sería recomendable, por así decirlo, el debut sea hasta la mayoría de edad y que permita que el boxeador llegue a un desarrollo físico y de forma neurológica también más completo y por lo cual disminuye el riesgo de las lesiones irreversibles a largo plazo”, manifiesta el doctor en entrevista con ESTO.
Evaluación médica completa
Grimaldo explica que antes de los combates “se requiere tener una evaluación médica completa, donde evaluamos un estado neurológico, estado cardiovascular, donde examinamos su hidratación y obviamente el control de su peso, Todo esto tiene que irse evaluando en el transcurso de los días.
Agrega que “durante el combate, siempre priorizamos la vigilancia continua en el ring side para detectar lesiones tempranas para poder detectar y evitar daños mayores en durante y posterior al combate”.
16 años y profesional. 🤯🧠🥊
— Esto en Línea (@estoenlinea) November 21, 2025
El "Güerito de Tepito" debuta, pero ¿a qué costo? El desarrollo cerebral culmina hasta los 21 años. Neurólogos pediátricos alertan sobre el peligro de la falta de casco y los impactos repetitivos en esta etapa. ⚠️
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Una vez que el pugilista baja del ring, tras una pelea -explica Grimaldo- “nos enfocamos mucho en realizar una examinación nuevamente neurológica para poder ver de forma prematura, si hay algún indicio o alguna lesión que se pueda dar posteriormente a la pelea. Son lesiones que a veces se ocultan y hay que estarlas vigilando durante el transcurso de ese periodo.
El médico detalla que se hacen valoraciones neurológicas, de movilidad y fuerza para descartar cualquier daño neuronal.
“En el caso cardiovascular, tenemos que estar valorando el retorno sanguíneo, ver que no haya alguna herida, que no haya alguna lesión, la presión sanguínea, la tensión arterial, la frecuencia, todos estos signos vitales que nos habla a nosotros sobre un balance o un equilibrio dentro de un sistema cardiovascular como tal”, describe.
“En cuestiones musculoesqueléticas, se hacen algunas maniobras para verlas nuevamente, se combina con la valoración neurológica para poder detectar si hay alguna lesión”, añade.
Para los estudios, los médicos expertos en boxeo “nos apoyamos mucho con estudios de imagenología, como es una tomografía. ¿Por qué? Porque en una tomografía podemos ver datos de edema cerebral, de trauma, de hemorragias, cualquier otra lesión a nivel cerebral”.
Debut de Juan Pérez debe ser una llamada de atención
Para los boxeadores menores de edad, los estudios médicos tienen que ser más estrictos y con mayor frecuencia que para un adulto, señala el médico Grimaldo.
“Dado que su sistema neurológico aún está en desarrollo, lo que lo hace más vulnerable a lesiones. Además, su madurez física, emocional influye mucho en la recuperación y tenemos que ser muy muy estrictos en esos puntos, en la toma de decisiones y más. La revisión siempre debe ser frecuente y detallada en comparación con un adulto”, afirma.

Además, pide que “los padres estén presentes en todos los combates. Muchas veces por temas laborales, no se encuentran, pero al menos que esté un responsable de ellos para poder estar enterados de si hay una probabilidad de lesión por el tipo de sparring o el tipo de golpes que hayan recibido”
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“A los entrenadores y a los padres también se les explican todos esos datos de alarma, todos esos focos rojos que nos pueden a nosotros ayudar a detectar una lesión previa o de una forma oportunas. ¿A qué me refiero? Por ejemplo, una somnolencia, alguien que esté alejado, que no esté respondiendo adecuadamente, que tenga una alteración en el lenguaje que esté repitiendo circulares o algo por el estilo, movimientos anormales o simplemente que tenga convulsiones, no responda o algo mayor”, externa Grimaldo.