Si los decaídos Raiders buscan una tenue luz de esperanza para vencer a unos Broncos que ahora mismo parecen invencibles, enfrentarlos en un jueves por la noche podría alimentar esa ilusión, más al tratarse de un duelo divisional. Equipos en teoría inferiores han protagonizado grandes sorpresas en semanas previas, como si un hechizo fuera capaz de dinamitarlo todo.

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Lo cierto es que muchas cosas tendrían que pasar para que los Broncos no hicieran valer los pronósticos. Además de jugar en casa, Denver llega a este duelo de la semana 10 con una seguidilla de seis victorias en fila. Su marca de 7-2 los tiene colocados en la cima de una división oeste que en un principio se pensaba estaría controlada por los Chiefs, pero se sabe que en la NFL las sorpresas abundan.

Denver no estaba en lo más alto de su división desde hace una década. La última vez fue en la temporada 2015, aquella en la que lograron coronarse con Manning en los controles. Las vibras que emanan de los Broncos actuales son muy parecidas en cuanto a la forma en la que suelen encontrar soluciones para ganar y cómo han pasado de ser un equipo animador a un considerado contendiente.

Comandados por una defensiva élite, es decir, dentro del top 8 en todas las estadísticas, suelen poner en apuro a cualquier ofensiva. Denver lidera la NFL con 40 capturas, por lo que no se espera un panorama sencillo para Geno Smith, quarterback que ha sido derribado en 21 ocasiones. La única duda para Denver radica en saber qué tanto pesará la baja del esquinero Pat Surtain, baja por una lesión en los pectorales.

Denver Broncos no luce mal a la ofensiva

Ofensivamente Denver tampoco se ha visto mal. Bo Nix ha lanzado 17 pases de touchdown por seis intercepciones. Más allá de los números, es su resiliencia en el último cuarto para sacar resultados apretados. El mariscal de campo también ha contado con un buen juego terrestre que le ha dado tiempo para lanzar. Denver presume la séptima mejor ofensiva por tierra, al promediar 133.6 yardas por partido, en parte por el monstruo de dos cabezas que suponen JK Dobbins y RJ Harvey.

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La situación para Las Vegas luce compleja, como si el récord de 2-6 hubiera obligado a Pete Carroll a sacar la bandera blanca y enfocarse en lo que viene. Los Raiders ya comenzaron su reconstrucción al intercambiar al receptor Jakobi Meyers a los Jaguars. Geno Smith solo se quedó con el ala cerrada Brock Bowers como su mejor arma, y deberán confiar en novatos y veteranos para poner puntos en el marcador.