El primer y único técnico que ha conquistado un título a nivel selección mayor de un evento organizado por la FIFA; Manuel Lapuente logró con el Tricolor la Copa Confederaciones de 1999 después de que venció a Brasil, equipo en el que se encontraba un jugador que se convertiría, años más tarde, en uno de los mejores del mundo: Ronaldinho.

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Aprovechando su condición de local, el equipo mexicano logró un galardón internacional después de imponerse en las semifinales de Estados Unidos y vencer, en el duelo por el título, al Scratch du Oro, en un dramático partido que finalizó con victoria de 4-3 en la cancha del Estadio Azteca.

Ese no es solo el máximo logro de Lapuente, también del seleccionado mexicano que no ha podido repetir la hazaña después de ese logro que fue histórico para una selección mayor, sin contar los campeonatos mundiales que lograron los representativos con límite de edad.

Además, el estratega mexicano obtuvo la Copa Oro en 1998 y, en ese mismo año, tuvo participación con México en la Copa del Mundo que se realizó en Francia donde los verdes avanzaron hasta los octavos de final, instancia en la que cayeron 2-1.

La carrera de Manuel Lapuente como entrenador de la Selección Mexicana

También con el seleccionado nacional, tuvo participación en la Copa América de 1999 donde el equipo terminó en la tercera posición; después, en el 2000, llegaron malos resultados en la Copa de Oro y el preolímpico para los Juegos Olímpicos de Sidney que lo obligaron a presentar su renuncia.

De igual manera, con el Tricolor obtuvo la Copa Carlsberg de Hong Kong en 1999, la Copa USA en el mismo año, fue monarca de la II Copa Norteamérica en 1991 (en su primera etapa como técnico de México) y campeón del Cuadrangular Internacional de Los Ángeles, California en 1991.

Mientras que como entrenador de Primera División, cuenta con cinco títulos de Liga que obtuvo en dos ocasiones con Puebla (1982-83 y 1989-90), un par más con los Rayos de Necaxa (1994-95 y 1995-96) y el más reciente con las Águilas del América en el Verano 2002 ya en torneos cortos.

También en dos ocasiones levantó la Copa México (1889-90 y 1994-95), una vez se llevó la Recopa de la Concacaf (1995) y cuenta con un título de Campeones de la Concacaf (2006).

Puebla en el 2013 fue el último equipo al que dirigió y del que fue cesado después de cinco jornadas disputadas. Con un largo historial de títulos, Manuel Lapuente dejó de existir dejando una marca que nadie ha podido superar.

Lapuente y su carrera como forjador de talentos

Por: Rubén Beristáin / El futbol mexicano perdió a un constructor de talentos. Manuel Lapuente, fallecido a los 81 años, no solo fue un técnico ganador. También fue el forjador de una generación dorada de futbolistas mexicanos, muchos de los cuales marcaron época en clubes y en la Selección Nacional. Su legado trascendió con un palmarés repleto de trofeos, pero detrás de cada logro hubo jugadores a los que supo descubrir, consolidar o transformar.

Durante su etapa como seleccionador nacional, Lapuente construyó un equipo mexicano bastante competitivo. En aquella Selección Tricolor que ganó la Copa Confederaciones 1999, dio oportunidades reales a jóvenes que se convirtieron en referentes. Entre ellos destacan Miguel Zepeda, quien debutó con el timonel en 1999 y marcó un doblete de goles en la final ante Brasil. José Manuel Abundis, a quien también potenció como delantero y que respondió con tres anotaciones en el torneo. Y Gerardo Torrado, otro de sus aciertos, debutante en el mismo proceso. Que inició así una trayectoria que lo llevaría incluso a ser capitán del Tricolor.

Lapuente también consolidó a futbolistas como Rafael Márquez, Pável Pardo y Germán Villa. Quienes ya habían pisado el combinado nacional, pero encontraron bajo su mando continuidad y un rol protagónico. Su sello táctico fue el marco donde esa generación se consolidó. El resultado fue un equipo que compitió de tú a tú con potencias mundiales y que, en el estadio Azteca, levantó el único título FIFA de la historia del futbol mexicano.

Antes de esa consagración internacional, Lapuente había formado su laboratorio en casa. En el Necaxa de los años noventa, moldeó uno de los equipos más emblemáticos del futbol mexicano. Con un plantel sin grandes reflectores, hizo campeones a jugadores que crecieron bajo su mando y se convirtieron en referentes nacionales. Potenció a Luis Hernández, quien encontró su mejor versión goleadora con los Rayos. También elevó el rendimiento de Ricardo Peláez, que se transformó en líder y figura ofensiva; pulió a Ignacio Ambriz, su mediocampista de equilibrio; y consolidó a Germán Villa. Que más tarde sería pieza clave del América y la Selección. Esos Rayos ganaron dos títulos de Liga (1994-95 y 1995-96).

Además de una Copa México y un Campeón de Campeones, lo que cimentó la reputación de Lapuente como un técnico que no solo ganaba. Sino que formaba futbolistas de Selección. “Es un entrenador al que estoy muy agradecido, le tengo un gran aprecio como entrenador y como persona. Es un gran técnico”, dijo Torrado hace algunos años en memoria de Manolo.

Hoy el futbol mexicano despide a Manuel Lapuente con gratitud. Porque en cada jugador que creció bajo su tutela, como Zepeda, Torrado, Márquez, Villa, Peláez, Pardo y tantos más. Vive el espíritu de un entrenador que creyó en el talento nacional y lo llevó a la gloria de manera internacional.

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