10, octubre 2025 - 6:00
Wi-Cho presume una colección invaluable de sus Steelers / Foto: Lesslie Arredondo
Cuando a los coleccionistas masivos se les suele cuestionar de la cantidad de dinero y tiempo que invierten por almacenar productos, por lo regular intentan excusarse de forma hostil, pero ese no es el caso de José Luis González. El fanático de los Pittsburgh Steelers de la NFL cuenta con piezas únicas en el país, y no tiene mayor reparo en admitir que “esto es una enfermedad”.
La pasión de “Wi-cho”, como le conocen las personas más cercanas, comenzó en 1979 cuando recibió un muñeco con el uniforme clásico de los Steelers y el dorsal 42 que, curiosamente, ningún jugador tenía asignado por la época. A partir de ese momento, el fanatismo no hizo más que incrementar hasta llegar al punto de construir un espacio en su casa únicamente para exhibir la mayoría de sus piezas.

“Esta colección para mí representa una enfermedad. No mucha gente lo entiende, es respetable, no estoy en contra de ellos, aunque sí he recibido varias críticas por parte de personas que no coleccionan. Me dicen ‘yo no gastaría tanto dinero’, yo reconozco a los que lo hacemos pero sí, soy un enfermo total”, dijo a ESTO.
El espacio de “Wi-cho”, que bien podría nombrarse como el “Olimpo de los aficionados de Pittsburgh”, pero que él lo llama “la caverna de acero”, mide 12 x 7 metros. Una bandera con el logo de la franquicia de Pensilvania invita a abrir la puerta de la que cuelga y, una vez se hace, el color amarillo brilla en cada rincón de la habitación, aunque no lo suficiente para entorpecer la vista, gracias a la presencia del negro que mantiene el equilibrio.
De lado izquierdo, destacan las figuras de acción colgadas en la pared de jugadores emblemáticos de la franquicia como Troy Polamalu, Antonio Brown, Hines Ward, entre otros. Por debajo, un cuadro enmarcado con fotografías de las visitas del fanático a Pittsburgh que no son precisamente pocas. Entre las imágenes resalta una con Art Rooney II, dueño de la franquicia, y otra con Ben Roethlisberger, campeón del Super Bowl en las ediciones XL y XLIII. Aun lado, un folder transparente presume los boletos físicos de cada uno de los partidos a los que ha asistido.
Enfrente, junto a otra nada discreta colección de Star Wars, un perchero se encuentra a punto del desarme por las decenas de jerseys de Pittsburgh cuelgan de él. “Wi-cho” pareció percatarse de esto en cierto momento, pues inclusive tiene tres maletas grandes por detrás con aún más prendas que, de por ahora, no tienen un lugar en su museo.
“Los del perchero son los que más uso, pero también tengo los que usaron en un partido. Son muy valiosos para mí, son grandes recuerdos de grandes jugadores”, agregó.
Más al fondo, las paredes se encuentran tapizadas de “toallas terribles” y otro montón más reposa en un sillón porque “ya no me alcanza el espacio”, junto a un par de vitrinas donde están más figuras coleccionables, balones, cascos y guantes autografiados por sus ídolos . En el centro luce una mesa de billar, tres televisiones y hasta un inflable de la mascota actual, Steely McBeam que lo acompaña para disfrutar de los partidos semana a semana.
Naturalmente, cuando alguien conoce la colección de “Wi-cho” la pregunta inmediata que le hacen es: ¿Cuánto te has gastado? Aunque para él, no hay un valor calculable.
“La verdad es que no tengo un costo aproximado, pero por ejemplo, tengo varios jerseys que me costaron desde 700 dólares (12 mil pesos mexicanos). No hay una cifra exacta, pero por supuesto que es elevado”, apuntó.
¿Cuáles son las piezas más valiosas de Wi-Cho, el coleccionista de Steelers?
Dentro de toda la colección de “Wi-cho” destacan dos piezas de manera inigualable. La primera, el jersey que Ben Roethlisberger, legendario quarterback de Pittsburgh, utilizó en el Super Bowl XL, donde los Steelers vencieron por 21-10 a los Seattle Seahawks.
La prenda se encuentra enmarcada y luce por encima de todos los demás que posee. Por si fuera poco, el propio “Big Ben” se la autografió con todo y dedicatoria.
“Es la joya de la corona. Es un jersey muy preciado, tiene gratos recuerdos del ‘cachetón‘. Tenerlo aquí enmarcado en esta colección es lo más valioso para mí”, explicó.
Sí, el jersey del QB está en lo más profundo del corazón del fanático, pero si de un artículo fuera de lo normal en su colección se trata, no hay ninguno como el par de asientos o butacas que, en algún momento, formaron parte del Acrisure Stadium. Es decir, del recinto donde Pittsburgh juega sus partidos de local.
“Wi-cho” cuenta que fue a Pittsburgh a ver un partido. Fue justo en el aeropuerto cuando un amigo suyo le llamó para invitarlo a una exposición de artículos del equipo. Cuando llegó vio los asientos como un decorado más, pero él entendió que los necesitaba y no iba a irse de ahí sin ellos.
“Los gringos se sorprendieron cuando pregunté por ellos. Hasta la fecha, no sé cuánto fue lo que pagué, pero lo hice de inmediato dentro de esta loquera que tengo por mi equipo. Me enamoré desde que los vi, tengo entendido que soy el único en México con estos asientos“, detalló.
El par de asientos son amarillos son totalmente funcionales y cuentan con una placa que le dan autenticidad. Se pusieron a la venta porque el estadio, anteriormente nombrado Heinz Field, fue remodelado. Esto para aprovechar ahí fueron grabadas algunas escenas de la película de Batman “El Caballero de la Noche Asciende”, donde el inmueble es destruido.
Tras la compra, los asientos tardaron hasta un año en llegarle por paquetería y asegura que “fue un dineral. Lo sé, es una locura, pero yo creo que lo vale. Lo vale mi equipo totalmente”.
Su familia lo apoya para mantener su pasión por los Pitsburgh Steelers
Si hay algo que José Luis González ama más que a su equipo, es su familia. Su esposa, Patricia, no comparte su pasión por Pittsburgh y tampoco el coleccionismo, pero lo ha apoyado durante años con tal de que sea feliz. Eso, para él, vale más que cualquier pieza en la “caverna de acero”. Sentado, con ella a un lado y viéndose como si de dos veinteañeros enamorados se tratara, le agradeció por entender “su enfermedad”.
“Ha sido parte esencial. Agradezco bastante que me comprenda, que me entienda. Es importante tener el respaldo porque, si no lo tuviera, esto no sería lo que es hasta el día de hoy. Ojalá todos tengan en casa a alguien que les apoye, que les quiera y que comparta esta locura. ¡Here we go!”, comentó.
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Para “Wi-cho” también es importante heredar la pasión y no hay nadie mejor que sus pequeños nietos, quienes poco a poco se involucran. Sin embargo, más allá de que se hagan o no aficionados a Pittsburgh, José Luis vive disfruta cada día a su lado. Tal vez no comprendan el tiempo y el dinero que su abuelo ha invertido en su colección, pero tampoco es que importe, también forman parte.