Osmar Olvera lleva el deporte en la sangre; hijo del coach de futbol americano, Sergio Olvera, desde pequeño el nacido en la Ciudad de México incursionó en las actividades deportivas como un hobby y a los dos años ya sabía nadar.

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Su inspiración para convertirse en clavadista de alto rendimiento fue cuando vio subir al podio a Iván García y Germán Sánchez durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La dupla tricolor fue superada por los chinos Yanquan Zhang y Yuan Cao. Y desde entonces, Osmar se propuso ganarle a los atletas del gigante asiático.

“Yo un día también voy a tener una medalla, pero va a ser de oro. Le voy a ganar a los chinos”, mencionó Osmar a sus familiares que lo acompañaron detrás del televisor después de que festejó la plata para García y Sánchez.

“El primer clavado (de Osmar) fue a los dos años. Me decía: ‘papá ´sácame (de la alberca) y aviéntame lo más alto que puedas’ para que sintiera la adrenalina de volar y caer en el agua. Empezó desde los ocho meses a nadar con su abuela. Y desde chiquito ya nadaba“, recordó el coach Olvera para Esto después de que conquistó una medalla en los Juegos Olímpicos de París.

“Lo llevábamos a los clavados porque se salía del agua y se aventaba. Se salía y se aventaba”, recordó el padre con una sensación entre la nostalgia y satisfacción por ver crecer hacia el olimpo a su hijo.

Recordó que en ningún momento obligó a Osmar a que siguera sus pasos en el deporte de los emparrillados “cuando él empezó en el CNAR, le decía que fuera responsable. Comprometido, disciplinado, que si iba a tomar la decisión de entrar a ese deporte (los Clavados) que lo tomara en serio. Entonces, se enamoró, con el ingrediente de la pasión y la disciplina que siempre ha tenido, porque es un muchacho así” .

Canadá se quería llevar a Osmar Olvera cuando tenía 15 años

Cuanto tenía 15 años, Osmar Olvera fue tentado por Canadá; se le invitó a que representara al equipo de clavados pero, al final, decidió mantenerse en México.

Debido a que sus padres lo apoyaron para que se desempeñara en los clavados desde muy pequeño, no faltaron críticas en su contra. De hecho, su madre, Mayanin Ibarra, llegó a pensar que no era buena idea permitirle, desde pequeño, que entrenara.

“Fue un sacrificio, es mucha responsabilidad de él y de nosotros. Nos criticaban por dejarlo ir tan chiquito, pero él eligió ese camino. Han sido años de trabajo: clases de ballet, de técnica. Empezar desde lo básico con Ma JIn y estoy contenta por el trabajo en equipo que hay atrás de él”.

Hoy, Osmar Olvera cumplió con su promesa. De la mano de la entrenadora Ma Jin, venció a los chinos y logró el oro en la prueba de trampolín 3 metros individual durante el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos Singapur 2025.

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