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19, junio 2025 - 11:16

┃ Rubén Beristáin

México es especialista en táctica fija / Foto: Oswaldo Figueroa / ENVIADO

A falta de creatividad en jugada, la pelota detenida ha sido el camino. En la tercera etapa de Javier Aguirre al frente de la Selección Mexicana, el balón parado se ha consolidado como la herramienta más eficaz del Tricolor. De los últimos 11 goles marcados en la gestión del Vasco en partidos ante selecciones nacionales, ocho han llegado en jugadas de táctica fija, que deja claro cuál ha sido el recurso más efectivo del combinado nacional.

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La tendencia no ha sido casual. Es repetida y ejecutada con precisión. Ya sea en tiros de esquina, tiro libre, penaltis o incluso hasta saques de banda, el equipo de todos ha encontrado las soluciones que no siempre le aparecen en juego abierto. El más reciente ejemplo fue el doblete de César Montes ante Surinam, ambos goles nacidos desde cobros de esquina, con remates tras movimientos trabajados y hasta con la fortuna de algún rebote dentro del área.

En esta Copa Oro 2025, de los cinco goles que ha marcado el equipo mexicano, cuatro han llegado por esa vía. Desde el tiro de esquina han aprovechado Montes (3) y Edson Álvarez (1). Antes, en los amistosos ante Turquía y Suiza, Orbelín Pineda tuvo suerte desde un saque de banda. Y en la Concacaf Nations League, llegó uno más de penalti de Raúl Jiménez, otro de tiro libre del Lobo y un gol desde un saque de banda generado por Canadá.

Balón parado, la forma más efectiva en la que la Selección Mexicana hace goles

“Costa Rica tiene tres penaltis, nosotros pelotas paradas, es parte del juego. He visto campeonatos que se ganan por pelota parada, mucho viene de saque de banda. De córneres, faltas, insisto, es provocado porque llegamos al área, tenemos buenos ejecutores, se entrena mucho”, dijo Aguirre en su última conferencia de prensa. Donde dejó claro que no le molesta que hayan sido así los últimos tantos tricolores.

Aunque la eficiencia a balón parado ha sido una constante, también refleja una realidad: a México le ha costado generar peligro sostenido en jugadas elaboradas. De los últimos once goles, apenas tres han nacido de secuencias fluidas de pase y movilidad ofensiva.

El balón parado puede definir partidos, pero difícilmente sostiene procesos. La Selección Nacional ha aprovechado al máximo esta vía en los duelos más recientes. Pero la siguiente fase de la Copa Oro 2025 exigirá mayor generación en juego abierto si quiere aspirar a lo más alto.

Por ahora, lo que queda claro es que en la era del Vasco Aguirre, la pelota parada no es un recurso más sino que se ha convertido en la base del gol mexicano.

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