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13, junio 2025 - 6:00

┃ Álvaro Zaldaña

Maradona se coronó en México. FOTO: MEXSPORT

A menos de un año de que el Estadio Azteca viva su tercera inauguración en un Mundial, y que además será el primer inmueble en el planeta en lograr ese récord, Fernando Signorini, ex preparador físico de Diego Maradona recordó los momentos de presión, sufrimiento y obstáculos que tuvo la Selección Argentina en México 1986, rumbo a conquistar la Copa Mundial.

Pese a que describe el ambiente en México como una “fiesta, todo lo que antecede y rodea a un evento de estas características en países en que el futbol tiene una enorme penetración cultural”, también recordó que la mayoría de los aficionados mexicanos casi siempre estuvieron en contra de los argentinos.

“Contra Argentina, en general, había bastante hostilidad, sobre todo en el último partido. Una gran parte del público mexicano se puso a favor de Alemania, lo que también sirvió como argumento a Victor Hugo Morales (narrador del gol del siglo), cuando terminó diciendo al final del partido ‘Argentina 3, México 2’, y después corrigió diciendo ‘Argentina 3, Alemania 2’, pero bueno, no pasaba a mayores”, dijo a ESTO, aunque detalló que sí hubo “alguna escaramuza de barras bravas argentinos y hooligans ingleses en el puente afuera del estadio, al terminar el partido contra Inglaterra”.

Argentina tenía muchos “enemigos” en México 86

El público mexicano solamente era uno de varios dentro del grupo de los detractores que no querían ver a Argentina triunfar. Sin embargo, tal vez el “rival” más importante que enfrentaron los albicelestes fuera de la cancha fueron dos: el clima y la FIFA. En particular, el entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange, tuvo una serie de dime y diretes contra el combinado sudamericano por las quejas de los jugadores ante las altas temperaturas en el país.

“En el DF con una temperatura altísima que le hizo decir a Diego que en esas condiciones no se debería jugar. Valió entonces la respuesta de Havelange: ‘que los jugadores se callen y jueguen’. Y fue también eso que motivó a que yo le dijera a Diego ‘te equivocaste, no te tenías que haber callado y no tendrían que haber jugado’. Tendrían que haber parado el Mundial ¿Quién iba a jugar? ¿Blatter, Grondona, Cañedo o el presidente de la FIFA? Todos padeciendo un calor insoportable, todo por mandato de la televisión. Era una manera también de atentar contra la calidad del espectáculo”, agregó.

A pesar de las complicaciones vividas en el Mundial, para Signorini, son más los recuerdos buenos que los malos sobre el Mundial de México 1986. Considera que, más allá de la victoria contra Alemania y posterior conquista del trofeo, también fue un escaparate para la cultura argentina y su pasión.

“Siempre asistir, además como, en cierto sentido, protagonista a una final Mundial, suele tener características muy especiales que sólo pueden disfrutar y abarcar los que tienen esa suerte. Si el público la pasa de maravillas, mucho más entonces los que en ese momento tienen algo que ver, sobre todo cuando las cosas salen bien y uno está defendiendo esa expresión cultural que es el futbol de un país. Fue realmente grato”, explicó.

La cábala de las canciones, la más importante para Argentina en el Mundial de México 86: Fernando Signorini

Una de las anécdotas que más recuerda Fernando Signorini, es cuando la música acompañó a la Selección Argentina en su camino a los partidos. Curiosamente, se convirtió en una necesidad que las canciones durarán exactamente lo que el recorrido a los estadios. De ir más rápido o más lento, los jugadores se enojaban con los conductores, pues para ellos se había convertido en una cábala de buena suerte.

Eran tres las canciones que resaltaban para la Selección Argentina. La primera, “Gigante Chiquito” de Sergio Denis, que provocaba motivación al pensar en sus familias y el esfuerzo por salir adelante.

La segunda, cambiaba el tono a algo más romántico, pero sobretodo ochentero. “Eclipse Total del Corazón”, de Bonnie Tyler, les daba a los jugadores un poco de relajación, distracción justo antes del último tema, una declaración de guerra: “Eye of the Tiger” de Survivor. Tema conocido por salir en la película de Rocky y en ser relacionada en varios aspectos deportivos.

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“Cuando el equipo salía de la concentración en donde estuviera. Sea en el DF como en Puebla, en los partidos que tocó jugar, los muchachos ponían en la música el trayecto. Recuerdo que cuando fuimos a jugar la final contra Alemania, la policía nos llevaba demasiado rápido. Entonces, los jugadores se dieron cuenta que la canción no iba a terminar antes de llegar. Presionaron al chofer para que fuera más despacio. Pero policía hacía señas para avanzar. Pero no, no, había que ir muy, muy despacio, casi a paso de hombre para permitir que terminara la canción”, recordó al Diario de los Deportistas