Con la tecnología de Google Traductor

Fecha

11, junio 2025 - 6:00

┃ Miguel Ángel Mujica

México 86 ha sido el mejor Mundial de México / Foto: Mexsport

México 86 ha sido el mejor Mundial de México / Foto: Mexsport

El balón rodó y rodó con capricho para, sorprendentemente, ponerse del lado mexicano. El Mundial de México 1986 será siempre recordado por cambiar sus colores de un momento a otro. Elegida para desarrollarse en Colombia, las tierras cafeteras no lograron reunir las necesidades de la FIFA y terminaron por descartarse para albergar el torneo.

TAL VEZ TE INTERESE: “Fuimos un magnífico anfitrión”: Enrique Borja recuerda la Copa del Mundo de México 70

El esférico esperó a un país que se hiciera con la sede. De un lado, Estados Unidos apareció junto con Pelé y Franz Beckenbauer en su liga para convencer a la mayoría que tenían una mínima pasión por el que ellos denominan football. Canadá también levantó la mano para llevarse el torneo, pero del lado mexicano, Guillermo Cañedo de la Bárcena mostró el poderío que tenía en la FIFA.

YouTube video player

Fue un 20 de mayo de 1983 cuando el órgano rector decidió darle el espaldarazo a la Federación Mexicana de Futbol y le otorgó la organización de un segundo Mundial, por primera ocasión, a un país.

En México, el futbol nacional vivió una época llena de futbolistas importantes, desde el referente Hugo Sánchez, hasta gente como Tomás Boy, Javier Aguirre, Fernando Quirarte, Pablo Larios y Manuel Negrete.

Con Bora Milutinovic en el banquillo, criticado por no tener a un técnico mexicano, algo que no sucedía desde 1963, cuando Arpad Fekete dirigió por tres encuentros, las esperanzas parecían mínimas, pero con los resultados y la forma de juego, con un estilo definido, hizo que ese Tricolor fuera recordado para siempre

El gobierno de México rechazó ayuda extranjera por el terremoto de 1985 para la Copa del Mundo de 1986

México vivió el terror por un temblor sucedido en 1985. El futbol pasó a segundo término por lo ocurrido en la Ciudad de México. El apoyo internacional no fue aceptado por el gobierno nacional, aunque la recuperación tenía que ser inmediata, la gente se hermanó para que el Mundial se desarrollara.

Oficialmente, el 8 de agosto de 1984, el trabajo de los seleccionados mexicanos arrancó. Bora Milutinovic convenció a los clubes en prestar a los futbolistas para hacer giras importantes en todo el mundo. La idea siempre fue el fogueo, gracias a los 33 encuentros que encararon en distintas partes del planeta.

La base siempre fue sólida. América y Pumas eran los que más aportaban, pero Cruz Azul, Chivas, Tigres, Atlante, Monterrey y hasta los Tecos aportaron. Aunque, sin lugar a duda, el máximo referente era Hugo Sánchez del Real Madrid.

El Niño de Oro poco podía hacer para ir al Tricolor, sin fechas FIFA, no era obligación del cuadro merengue prestar a Hugol, por eso, Luis Flores era el que ejercía como el centro delantero titular.

Los felinos aportaron a Miguel España, Félix Cruz, Luis Flores, Raúl Servín, Rafael Amador y Manuel Negrete. Por las Águilas, Mario Trejo, Armando Manzo, Carlos de los Cobos, Alejandro Domínguez, Carlos Hermosillo y Cristóbal Ortega. La Máquina dio a Pablo Larios; Chivas a Fernando Quirarte; Monterrey a Francisco Javier Cruz; Tigres a Carlos Muñoz, Olaf Heredia y el capitán Tomás Boy; Atlante a Ignacio Rodríguez y Javier Aguirre, mientras Javier Hernández lo hizo por Tecos. Ellos, junto al Pentapichichi fueron los elegidos.

El resultado de esos amistosos fue positivo, no sólo por el estilo de juego que se desarrolló, también porque se le ganó a selecciones importantes como Unión Soviética, Uruguay, Hungría, Corea, Argelia, Polonia, Alemania, Inglaterra y se sacaron cuatro empates contra el equipo que a la postre sería el campeón del mundo, Argentina.

Al final, antes del debut el 3 de junio de 1986, el Tricolor tuvo una marca de 17 victorias, 11 empates y solamente cinco derrotas a lo largo de dos años y medio de preparación para el campeonato.

¿Cómo fue el debut de la Selección Mexicana en la Copa del Mundo de 1986?

No podía ser distinto al anterior Mundial. México se estrenó en el segundo sector, que compartió con Bélgica, Irak y Paraguay, un grupo en el que se especuló que se podría avanzar, aunque sin saberse en qué sitio.

La alineación rotó un poco respecto a lo que se trabajó a lo largo de los juegos de preparación. Cinco mediocampistas eran los que poblaban el medio sector, pero se decidió por cuatro para que hubiera dos huecos en la delantera.

Velibor Milutinovic comenzó el camino con Pablo Larios en la portería para romper los intentos belgas por arriba. El portero de La Máquina era especialista en salir con las manos ante los múltiples centros que se esperaban.

Mario Trejo fue el lateral derecho designado, su ida y vuelta eran importantes, pero, sobre todo, su velocidad. Del otro lado, Raúl Servín intentaría aportar lo mismo que el americanista, aunque también agregarse como tercer central si era necesario. Los zagueros fueron Félix Cruz y Fernando Quirarte, dos hombres que forjaban en su garra y carácter su fortaleza en el campo.

Carlos Muñoz fue el elegido para la contención. Junto a él, Javier Aguirre y Manuel Negrete lo acompañaron. La media punta era para el talentoso Tomás Boy, mientras que, en el ataque, Lucho Flores y Hugo Sánchez cerraban un equipazo que estaba listo para su cita con la historia.

El juego fue peleado. Las 110 mil personas en el estadio Azteca esperaban estallar con el grito de gol, que llegó desde una sorpresiva aparición del Sheriff Quirarte, quien adelantó a los nuestros en el primer lapso. La alegría continuó cuando el máximo ídolo, Hugol, se hizo presente en el marcador. Con pirueta incluida, el 9 no le falló a su gente.

La diana de Erwin Vandenbergh no mermó el ánimo y con los tres puntos en la bolsa, Miguel España y el Abuelo Cruz entraron para refrescar al equipo, además de cerrar el resultado para los primeros tres puntos.

Hugo Sánchez, el delantero del Real Madrid que no pudo contra Paraguay en el Mundial de México 86

El segundo encuentro ante Paraguay llegó unos días después. México, como amplio favorito, decidió creer en sus posibilidades ante uno de los que apuntaban a ser meros invitados en el campeonato.

Bora no le movió a su escuadra. Larios; Trejo, Cruz, Quirarte, Servín; Muñoz, Aguirre, Negrete, Boy; Flores y Sánchez estuvieron en el terreno de juego, para enfrentar a una escuadra llena de hombres que sabían meter el pie, pero que encontraron en el cruzazulino Adolfino Cañete al hombre que le pondría talento al medio campo, además de que Julio César Romero y Roberto Cabañas, eran amenazas constantes.

La buena vibra comenzó al minuto dos, cuando Lucho Flores hizo el primero para el cuadro nacional. El Azteca esperó el segundo, tal como sucedió en el juego ante los Diablos Rojos belgas, pero este, no llegó.

Paraguay hizo su partido. No se desesperó y confió en la fortaleza de sus futbolistas, quienes respondieron al planteamiento de un Cayetano Ré que confió hasta el final en sus jugadores.

La bofetada guaraní llegó en el momento justo. El minuto 84 se jugaba, cuando Romero apareció para vencer a Pablo Larios y silenciar, por un momento, al Coloso de Santa Úrsula, que no creía lo que veía.

El Abuelo Cruz fue el revulsivo que tanto pidió el Tricolor. Con 20 años de edad, se convirtió en un hombre querido y con ánimo que intentó en todo momento. El momento de gloria llegó para el referente del representativo. Sin Tomás Boy en el césped, Hugo Sánchez tuvo en su pierna derecha el triunfo al minuto 90 con un penalti.

El Macho estaba listo para darle la victoria a México, enfiló con la confianza que lo caracteriza, pero en el momento preciso, erró ante el veterano arquero del Deportivo Cali Roberto Fernández. El error dejó lamentándose a la insignia del Real Madrid, mientras los sudamericanos celebraban el puntito.

México sabía que estaba prácticamente en la siguiente ronda, sobre todo porque cuatro de los mejores terceros avanzaban a la siguiente ronda. Con los puntos sumados hasta ese momento, ya le alcanzaba para estar en cuartos de final.

Irak fue el rival, un equipo que, hasta el momento, había caído en sus dos presentaciones. Milutinovic decidió rotar a sus futbolistas. Gente como Miguel España, Carlos de los Cobos o Rafael Amador entraron en la alineación titular. Mientras que Hugo Sánchez, Mario Trejo y Carlos Muñoz, esperaron en el banquillo.

El no ver al 9 azteca preocupó. Se habló que no había llegado de la mejor forma al torneo y querían tenerlo fresco para el choque de cuartos, en el que habría una mayor exigencia en la siguiente ronda.

El juego fue trabado por la línea de cinco iraquí. El cuadro nacional atacó con sus medios y fue Fernando Quirarte, con su segunda diana del Mundial, el encargado de sellar los puntos para México.

Bora vio el juego resuelto, el ataque árabe brilló por su ausencia y por eso Alejandro Domínguez y de nueva cuenta el Abuelo Cruz, ingresaron con el ánimo del segundo, que no llegó aún con la insistencia mexicana.

Fue así que, después del empate en Toluca entre Bélgica y Paraguay, el Tricolor se clasificó como primero de grupo y encaró a Bulgaria en la ronda de los octavos de final, que también se jugaron en el Azteca.

México 1986, la única Copa del Mundo donde México llegó a Cuartos de Final

La fortaleza del estadio Azteca hizo su magia en los octavos de final del Mundial. México llegó con el ánimo a tope, luego de ser primero y desarrollar un futbol vistoso ante los ojos del respetable.

El rival, tras la etapa de grupos, fue Bulgaria, una representación que fue la mejor tercera del primer sector y que se metió porque Hungría e Irlanda del Norte se quedaron sin ideas en el resto del campeonato.

El cuadro búlgaro retó con su intensidad al equipo de todos. Su planteamiento fue ofensivo, con un 4-5-2 con Zhivko Gospodinov como el hombre más talentoso. El 10 del Spartak de Varna era el más destacado con su pierna zurda.

México repitió la fórmula del encuentro ante Irak, con cinco mediocampistas y solamente una punta. Ahora, Luis Flores fue el sacrificado para que Hugo Sánchez volviera a la alineación estelar, que fue acompañada por una modificación más, el ingreso de Carlos Muñoz por Carlos de los Cobos.

El juego fue parejo, pero todo quedó opacado con una jugada que no sólo marcó a los presentes o los que lo vieron por la televisión. Una media tijera de Manuel Negrete apareció a la entrada del área europea. El gesto técnico tuvo una bellísima estampa en la que Manolo sacudió la red para hacer vibrar a cualquier amante del futbol. El jalón de cabello y el zape de Javier Aguirre simplemente acompañaron el festejo del que fue considerado el mejor gol de la competencia.

En el complemento, Raúl Servín apareció en el área para definir el segundo que mandó al Tricolor a la siguiente ronda, una que, por extraño que pareciera, lo sacaba del estadio Azteca para jugar en el Universitario de Nuevo León. El rival fue una potencia, Alemania Federal.

Los penales que eliminaron a México del Mundial de 1986 ante Alemania Federal

El reto más grande para México llegó al anhelado quinto partido del Mundial. El Tricolor arribó lejos del Azteca, pero con el calor y fortaleza del Universitario de Nuevo León como sus mayores aliados.

El rival no fue nada fácil, la Alemania Federal de Lothar Matthäus, Karl-Heinz Rummenigge y Pierre Littbarski, era la que tenía que eliminar al equipo de todos. Para colmo, el mítico Franz Bekcenbauer era el entrenador germano.

La gente arropó al equipo mexicano, que se entregó con la formación que ya estaba establecida desde los octavos de final. Tomás Boy estuvo en casa y fue ovacionado cada que tocaba el esférico.

El 0-0 se mantuvo durante el primer tiempo y prometió romperse en el segundo. Cuando Thomas Berthold se fue expulsado al minuto 65 de acción por una dura entrada sobre Javier Aguirre.

El cansancio y el calor se apoderaron del sitio en el duelo decisivo del Mundial. El Abuelo Cruz entró, también Carlos de los Cobos. México luchó como nunca y consiguió mover las redes gracias al atacante de los Rayados de Monterrey. En pleno festejo, el árbitro colombiano Jesús Díaz Palacios decidió anular la anotación ante el chiflido de todo el respetable.

El Abuelo no lo podía creer, reclamó en todo momento. Por la jugada en la que nunca se supo si marcó fuera de lugar, falta o el llamado amontonamiento. Lo sucedido mermó por completo el ánimo azteca.

El tiempo extra llegó y el Vasco Aguirre se equivocó. Una patada innecesaria del actual entrenador del Tricolor lo hizo llevarse la roja y dejar a México. Sin uno de los hombres más confiables desde los 11 pasos, que eran una realidad después de 120 minutos jugados en el Mundial.

Sin Tomás Boy, ni Aguirre, ni Hugo Sánchez. Quien no pudo salir del encuentro pese a estar lesionado, el Tricolor encaró con valentía los tiros penaltis.

Alemania salió fortalecida, Klaus Allofs marcó el primero, pero Manuel Negrete regresó el golpe. Andreas Brehme hizo el segundo germano, mientras que Herald Schumacher atajó el intento del Sheriff Quirarte. El ánimo cayó al suelo cuando Matthäus hizo el 3-1, mientras que Raúl Servín, quien no se caracterizó por disparar penas máximas, veía al arquero taparle el intento. La definición la concretó Littbarski, quien con su diana sentenció el sueño de ver a México entre los cuatro mejores.

Ese fue el adiós de la Selección Mexicana que más lejos ha llegado en un Mundial. El sexto puesto que los dirigidos por Bora Milutinovic consiguieron, nunca ha sido igualado o superado. El equipo Tricolor, que tuvo mucho corazón y en la cancha lo demostró, se fue aplaudido, no sólo del Volcán, también del resto del país, con la muestra de que, con una buena preparación, se pueden lograr buenos resultados.

¡Ya tenemos canal de WhatsApp! Síguenos, activa la campanita y recibe las noticias deportivas