España derrotó a Francia por goleada y avanzó a la Final de la UEFA Nations League, donde se enfrentarán a su similar de Portugal, junto con Cristiano Ronaldo, para definir al campeón este mismo fin de semana, siendo Lamine Yamal la principal figura de la Furia Roja contra los de Kylian Mbappé.

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La juventud que ahora mismo tiene la plantilla de España es engañosa. Son tantos años los que el equipo ibérico parece tener por delante que la tentación de hablar del futuro luce tentadora. Lo cierto es que “la roja” no solo mira hacia adelante, sino que su presente es igual de emocionante. Solo el orgullo de Francia evitó que España pasara a la final de la Nations League con una goleada de escándalo; una reacción de los galos al marcar cuatro goles en la segunda mitad estuvo cerca de echarles a perder la fiesta, pero ya lo dijo Yamal: en la manera en la que entiende el futbol, si a su equipo le meten cuatro, ellos meten cinco, y así fue, un 5-4 frenético.

En el contexto futbolístico, la madurez supone la capacidad de saber sufrir. Dicho de otra forma, que el sufrimiento no nuble las ideas. La España de De la Fuente no necesariamente es ese equipo que domina las emociones a través de la posesión de la pelota, sino que entra en el intercambio de golpes y casi siempre termina por dar el definitivo.
Esta circunstancia le permitió a Francia sentirse superior, o al menos con la capacidad de imponer sus condiciones. La jerarquía de sus atacantes supone un golpe de adrenalina. No hay forma en la que un ataque compuesto por Mbappé, Dembélé y Doue no meta cierto miedo. El ataque francés metió en cuartos predicamentos a Unai Simón. Intentos consecutivos de Mbappé y Theo Hernandez que de alguna forma alentaban a la futura confusión del equipo de Deschamps. ¿En qué momento se perdió el camino?

España clasifica a la Final de la Nations League tras un partidazo ante Francia

Las respuestas se encuentran en la calidad de sus oponentes. España no solo depende de la inspiración de Pedri y Mikel Merino en el mediocampo, sino de la dosis de talento que ofrecen sus extremos. Lamine Yamal y Nico Williams alternan oportunidades; no hay tregua que ofrezcan sus embates.
Una vez superado el asedio, España comenzó a jugar al futbol. La pieza clave inesperada que unió el ataque español fue Mikel Oyarzabal. El delantero ejerció con maestría la posición de falso nueve y así habilitó a Nico y Merino para poner un 2-0 que dejó casi en la lona a Francia.
El marcador en contra motivó una cascada de llegadas francesas, pero ninguna con verdadero peligro; los ataques parecían más por reacción que por intención y así llegó el descanso. España, sin embargo, repitió la dosis del primer tiempo y con dos arrebatos volvió a poner distancia. Esta vez fueron Lamine Yamal y Pedri los encargados de mover las redes; el primero, de penal, y el segundo con una jugada preciosa del mediocampista.

Francia solo fue capaz de despertar al minuto 59, cuando Kylian Mbappé anotó desde los once pasos. El gol rápidamente encontró respuesta con otro tanto de Lamine Yamal, el que supuso la manita.
Con todo perdido, a Francia solo le quedaba intentarlo y tres goles en la recta final del partido metieron nervio a España, que acabó pidiendo la hora ante la posibilidad de una remontada que minutos antes parecía poco más que improbable. La hazaña no llegó y el equipo de De la Fuente avanzó a la final, donde se medirá con Portugal.

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