28, julio 2015 - 13:02
nota-karate-meriella-arreola
POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.
FOTOS: JESÚS TÉLLEZ
LLEGAR tarde a sus ocho años de edad a la clase de hawaiano, le valió para que ahora brillara como medallista Panamericana, en los Juegos de Toronto, en karate.
Así narra Merillela Arreola sus inicios en esta disciplina donde además ya fue campeona mundial.
Siempre con la sonrisa presente, la deportista quedó asombrada del Museo Ídolos del ESTO, por lo que disfrutó y convivió con todo el personal que le pidió la foto del recuerdo.
Con gran sencillez habló de esta experiencia en Toronto, donde “todo fue muy bueno, desde la organización hasta la comida”.
“Iba preparada para más, pero siempre hay que reconocer la preparación de las contrincantes. Aún así me quedo satisfecha porque di todo pensando en mi país. Quería que la bandera mexicana estuviera en lo más alto, pero me entregué y este bronce es de muchísimo valor para mí y el deporte”.
La nacida en Michoacán, platica con entusiasmo, con ese orgullo que representa ser deportista, y más en una disciplina donde ha dejado bien marcada su esencia de mujer con varios títulos logrados.
Su alegría contagia. Así como su felicidad por ser una digna representante del karate.
“En mi trayectoria he tenido subidas y bajadas, mismas que me han enseñado a ser mejor. Cuando algo es parte de ti, lo traes en todo tu cuerpo, en tu sangre. Por eso luchas y te despiertas desde muy temprano para entrenar. Esta medalla me trajo más compromisos, a los que enfrentaré con más valor”.
Otra cosa que le gusta a Merillela, es que la gente la reconoce, la saludan y le dice que ojalá muchos niños sean como ella.
“Ese es el mejor regalo de la vida, cuando desean ser como tú. Y más que son niños. Las mamás acercan a sus hijos y me ponen como un ejemplo. Esa es una virtud que muchos desearan tener. Por eso el deporte es de valores y superación. Así me pasó de niña y ahora sé que todo sacrificio vale la pena”.
Ella espera que su disciplina llegue a ser parte de unos Juegos Olímpicos, mientras tanto ha comenzado a prepararse para el mundial del próximo año.
“No hay descanso. Ya gané, ahora quiero más. Deseo que seamos potencia en todo el mundo. Es difícil llegar hasta donde deseas, por eso hay que aprender todos los días. Nunca se termina un entrenamiento hasta que logras la presea”.
Campeona panamericana, centroamericana y mundial, dijo que aprendió mucho en estos Panamericanos.
“Hubo un poco de desconcentración de mi parte, y esa experiencia hay que pulirla, mejorarla, son factores que se van identificando. Al final del combate fue lo que me costó alcanzar una medalla de más peso. Por lo que hay mucho trabajo por delante”.