Toluca.- La capital del Estado de México no decepcionó como anfitriona de la Gran Final del Clausura 2025. El ambiente en Toluca fue digno de una serie entre el tricampeón del fútbol mexicano y el equipo local.

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El sonido de los cláxones de los vehículos hizo sonar a las calles de la urbe. Americanistas, escarlatas, todos mostraron su emoción por recibir el duelo más importante del semestre.

Si bien hubo una mayoría de seguidores del rojo, los azulcremas se hicieron sentir. Los colores amarillo y azul también abundaron, la cercanía con la Ciudad de México lo permitió.

Los gritos “Arriba el Toluca”; “Toluca campeón”; “Vamos Diablos”, se repitieron durante todo el transcurso del día. La pasión por los Diablos Rojos ocasionó una comunión entre los seguidores, no importa si no conocían al conductor del auto contiguo, el saludo fue recíproco por la euforia de tener a su equipo en una nueva final.

Las ansias de acabar con la sequía de quince años sin un título de Primera División fue evidente. “Juntos por la 11” se leía en cientos de medallones traseros de los automovilistas. Los que no portaban la frase buscaron a algún comerciante que les imprimiera el escudo escarlata, demostrar sus colores fue su prioridad.

La Calzada Morelos, esa que desemboca en la Bombonera se pintó de blanco y rojo. Los trapos en el aire le pusieron la piel chinita a las de uno. Los que no tomaron camino al estadio salieron de sus hogares para aplaudir y motivar a los que se dirigían a la fiesta.

El Nemesio Diez tuvo un Sold Out desde el pasado miércoles, pero eso no evitó que miles de fanáticos que no lograron conseguir una entrada se congregaran en las afueras de su guarida para alentar a los suyos. Con el silbatazo inicial todos corrieron a buscar una televisión en algún comercio para poder observar el duelo.

Las tortas, los tacos, las micheladas, los choripanes, todo lugar que tuviera una pantalla sintonizando la transmisión se atiborró. En las calles no hubo un espacio disponible para estacionar los vehículos, la afluencia de aficionados entorpeció las labores de los elementos de seguridad.

La Perra Brava puso ambiente en Toluca previo a la final

La Perra Brava puso el ambiente, como ya es costumbre. El recibimiento a las Águilas fue hostil, como es tradición en cada una de sus visitas. Toluca por su parte, se llenó de motivación al ver la marea roja que los vitoreó a su llegada. Los fuegos artificiales no decepcionaron, el espectáculo de drones en los aires asombró a todos.

En los hoteles de concentración de ambos equipos la fiesta arrancó desde temprano. América mostró su poder de convocatoria en una plaza ajena, mientras que los Diablos también fueron despedidos por su gente antes de la batalla final.

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Aunque hubo algunos alterados entre porras, ocurrieron lejos del inmueble. Fueron los menos, algunos que lo supieron canalizar las emociones. La fiesta del balompié nacional se vivió con pasión, Toluca fue un digno anfitrión.