Chivas caminaba sin rumbo, como aquellas personas que se encaminan hacia el dolor que anuncia un corazón roto. Deambulaba por el estadio Akron con la mirada perdida, como si fuera una de esas almas en pena que perdieron el rumbo y se encuentran en el limbo que anuncia el fracaso.

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Pero hubo un instante en el partido ante el Puebla en el que encontró una luz, la esperanza materializada para alcanzar el Play In del Clausura 2025. Por lo menos, amaneció en esa zona (lugar 10 con 20 puntos), luego de ganar 1-0. Le queda aguardar lo que puedan hacer este miércoles Pumas y Mazatlán, sus perseguidores que buscan arrancarle la sobrevivencia en el torneo.

¿Cómo fue el gol de Erick Gutiérrez que le dio el triunfo a Chivas?

Érick Gutiérrez encontró la fe y seguridad en sí mismo cerca de donde nace la media luna del área. Imaginó un porvenir mejor para el Guadalajara y lo retrató con un zapatazo lindo, potente, lleno de ilusión por mantener el sentimiento de poder campeonar en este torneo que ha estado teñido de mediocridad rojiblanca. La pelota abrazó la red y Chivas, la alegría que le ha sido tan escasa en el campeonato (36’).

El gol abrió las gargantas de los fieles al Rebaño en el Akron. Esos gritos no fueron de éxtasis, sino de alivio. Guadalajara, por fin, fue capaz de herir a uno de los peores equipos de la Liga MX como La Franja, que le sirve para pelear un boleto a la reclasificación. Ese pase maquillaría la medianía de su trabajo en el Clausura, aunque su espíritu recobraría un poco de autoestima. Y vaya que le hace falta.

Para celebrar, Gutiérrez hizo ademanes de felicidad, de satisfacción por haber quebrado un empate que enfilaba a su equipo hacia una amargura que sería difícil de digerir. El mediocampista agitó los puños, mientras el fuego atrás de las porterías que se encendió tras su tanto, daba la calidez que requería el Rebaño para sacudirse sus fantasmas que le generan extravío.

La victoria regaló tres puntos que son un curita para los rojiblancos. Chivas está muy distante de verse al espejo y reconocer un reflejo que haga honor a la grandeza que gestó en otros tiempos más felices. Hoy, tiene una cara marchita con respecto a la del Campeonísimo o de aquellos planteles de 2006 y 2017 que se coronaron en la Liga MX.

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Pero el Guadalajara se niega a morir temprano en este torneo y definirá su pase al Play In ante el Atlas. Se aferra a la vida como esos seres que buscan evadir a toda costa la vergüenza de ser eliminado en el torneo regular. Por ahora, es un prófugo del fracaso.