De un momento a otro, Ousmane Dembélé pasó de ser un futbolista de chispazos a convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo. A sus 27 años, finalmente llegó la madurez que muchos reclamaban y que le ha permitido consolidarse como la pieza más importante del París Saint-Germain de Luis Enrique.

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Plagado de talento, Ousmane Dembélé siempre ha sido de esos futbolistas capaces de deleitar a los aficionados con sus regates. Lo cierto es que siempre había sido cuestionado por su falta de regularidad y la toma de decisiones en el último tercio de la cancha, donde se diferencian los buenos jugadores de los grandes cracks.

Aunque Ousmane a menudo estaba considerado dentro de la primera categoría, su rendimiento a lo largo de esta temporada corresponde a la segunda. En un total de 41 partidos ha anotado 32 goles y ha dado 10 asistencias, números a los que jamás había sido capaz de llegar. El francés ha incidido de forma directa en 42 goles del PSG, números al alcance de muy pocos.

Para poner en contexto, la temporada pasada, Dembélé participó en 42 partidos; sin embargo, su aporte fue de seis goles y 15 asistencias. En la campaña 2022-23, aún con el Barcelona, marcó ocho goles y dio nueve asistencias en un total de 35 partidos. Muy lejos quedó la cifra en la temporada 2021-22, cuando anotó dos goles y asistió en 13 ocasiones.

¿A qué se debe el cambio de Ousmane Dembélé?

Aunque a menudo sus jugadas lo asemejan a un mago, la mejoría del francés no se dio por arte de magia. Hay varios factores que lo han hecho un futbolista mejor. En lo individual, el propio Ousmane confesó que ha realizado cambios en su vida personal, sobre todo en su afán de evitar lesiones y estar “en un momento óptimo en el plano físico”. Dembélé siempre había sido cuestionado por sus constantes lesiones y su poco compromiso a la hora de entrenar, algo que finalmente lo llevó a su salida del Barcelona.

En el plano colectivo, Luis Enrique encontró la manera de involucrarlo más con el equipo al cambiarlo de posición. Dembélé pasó de ser extremo a centro delantero, un cambio que en un principio generó polémica, pero con el tiempo se demostró que fue el indicado.

“Yo lo tenía claro cuando toda la prensa estaba en contra de mi decisión. Dije, bueno, voy por el camino adecuado”.

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