Ni el martes, ni el horario, ni el tráfico habitual del sur de la Ciudad de México pudieron frenar la pasión por el Clásico Joven. El estadio Olímpico Universitario vibró como en sus mejores noches. A las 21:30 horas, incluso desde antes, las gradas se tiñeron de azul celeste y azulcrema, con miles de aficionados que no se quisieron perder el capítulo internacional entre América y Cruz Azul de los cuartos de final (vuelta) de la Concacaf Champions Cup 2025.

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Lo que se vivió en el Pedregal, en una cancha que no se distingue normalmente en ningún equipo por ser su casa habitual, fue llamativo. Familias enteras, parejas, grupos de amigos, todos con el desafío de las circunstancias, entre calendario y horario, de un partido lleno de pasión y que se ha convertido en uno de los Clásicos más pasionales e importantes del futbol mexicano en la actualidad.

Incluso desde antes del silbatazo, se notó que la convocatoria tendría un tinte especial. La afición celeste se hizo sentir en su casa prestada, pero también la americanista dijo presente y no se quedó atrás, y llegó en gran número. No importó el traslado largo ni la hora tardía: el Clásico lo valió todo.

Al final no importó que fuera martes o una noche tan tarde. Porque el Clásico Joven no preguntó la fecha. Solo exigió presencia y así se vivió en el partido entre cruzazulinos y americanistas, que no defraudó en su asistencia con más del 80% de sus gradas llenas de pasión.

Aficionados del América corearon el nombre de Carlos Rotondi

En el Olímpico hubo un momento cargado de ironía y burla. La afición del América coreó el nombre de Carlos Rotondi en repetidas ocasiones, el mismo que juega para Cruz Azul.

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El mismo que en fases finales pasadas cometió errores que aún duelen en La Noria y que en Coapa lo han disfrutado, y que lo ha convertido, sin querer, en una Águilas más. Incluso el “Vamos América” por momentos opacó los cánticos cementeros, que también se convirtió en una buena batalla de cánticos en las gradas.