En el futbol profesional es muy importante tener toda la indumentaria en orden para disputar un partido, pero ¿qué pasa cuando los utileros hacen mal su chamba? Este caso de Chivas nos demuestra que la creatividad siempre es importante a la hora de resolver problemas.

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Corría el Verano 98, Chivas tenía menos de un año de haber ganado su décima estrella, y el plantel, repleto de casi todas esas estrellas, enfrentaba una visita a Veracruz, el sotanero del torneo que no estaba dispuesto a ceder ninguna ventaja.

Por ese motivo, los Escualos se negaron a negociar un acuerdo cuando el equipo descubrió no tener playeras de visitante, por lo que solicitaron jugar con las de local.

¿Cuál fue la solución de Chivas?

Obligados a encontrar alguna solución para evitar la derrota, fue entonces que algún elemento del plantel tuvo la brillante idea de jugar con la camisa tipo polo que llevaban de viaje.

Luego de consultarlo con el árbitro Arturo Brizio, que otorgó el permiso, los jugadores sorprendieron tras saltar así para el partido, en el que ninguno tuvo el número parchado en el dorsal.

Al final, ese partido de la Fecha 10 disputado el 28 de febrero terminó con victoria de 0-2 para los visitantes, que no sólo hicieron gala de su elegancia para vestir, sino del buen futbol que desplegaron esa tarde… sólo esa tarde, pues finalizaron la campaña en décimo tercera posición, muy lejos de la Fiesta Grande.

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