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8, marzo 2025 - 21:20

┃ Miguel Ángel Mujica

Cruz Azul empató a un gol con Rayados _ Foto_ Oswaldo Figueroa

Cruz Azul no pudo ante Rayados de Monterrey y empató a un gol en el Estadio Olímpico Universitario, en lo que también fue el segundo tanto de Sergio Ramos desde su llegada a la Liga MX. Con esto, los regios se llevan un punto de la capital, una ciudad donde les cuesta mucho trabajo obtener resultados positivos.

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La maquinaria de fallas continuó. Los múltiples errores en ida de los octavos de final de la Copa de Campeones de la Concacaf fue un aviso que Vicente Sánchez no compuso. El equipo celeste tuvo hasta cinco ocasiones claras para llevarse el triunfo ante Monterrey, pero no tuvo la precisión de otros encuentros, 1-1 final.

El impacto mediático que significó Sergio Ramos se cristalizó en el encuentro. El español marcó en un tiro de esquina y obligó a La Máquina a ir por el empate, uno que llegó gracias a su insignia, Nacho Rivero. Cuando el campo se balanceó del lado celeste, una roja de Gonzalo Piovi le dio la chance a Rayados de llevarse el resultado, sin éxito.
El cuadro de Vicente Sánchez mostró picardía desde los primeros minutos. Las llegadas de sus laterales fueron constantes. Jorge Sánchez y Rodolfo Rotondi comenzaron a taladrara a la defensa regia con constantes apariciones, que Ángel Sepúlveda y Mateusz Bogusz no pudieron mandar al fondo de la red.
Monterrey fue certero cuando tuvo la chance. En un córner, Ramos demostró su capacidad en el juego aéreo. Piovi y Ditta fueron meros espectadores cuando el ibérico se levantó para sacudir la red de un Kevin Mier que poco pudo hacer. Un festejo a lo Cristiano Ronaldo de parte del 93 generó aplausos, pese a que era un rival.

La Máquina supo que era momento de atacar. El Cuate y Bogusz generaron con intentos que emocionaron al respetable. Fue el polaco el que logró romper el cerrojo regiomontano con un pase a segundo palo donde Rivero igualó la contienda.
Ya en el complemento, las llegadas cementeras fueron constantes. Sepúlveda, Giakoumakis, Bogusz, Rotondi y hasta Charly Rodríguez estuvieron cerca de hacer el de la diferencia. Los suspiros en el estadio fueron latentes.

En una jugada en medio campo, Piovi perdió la cabeza y se fue expulsado. Monterrey quiso llevarse el botín completo, aunque no terminó por pisar el acelerador. Mier logró sacar un mano a mano con Berterame en una de las últimas del encuentro.
No hubo más en el Olímpico Universitario. La Máquina de fallas continúa y tendrá que ser aceitada si no quiere, el próximo martes, quedarse fuera de la Concachampions cuando los visite el Seattle Sounders.

Las mujeres mostraron su apoyo a Cruz Azul ante Rayados de Monterrey

La tarde en el Olímpico Universitario fue distinta a todas. La voz aguda de las mujeres también se escuchó en el recinto que sirve como casa provisional del Cruz Azul tal y como pasó en distintos sitios de la Ciudad de México.
El aliento fue distinto a lo que se vivió en el centro del país, esta vez fue en apoyo de una pasión que acompaña el corazón de las féminas en todo momento. Porque el futbol no es exclusivo de un género, ellas le pusieron color a la previa de un encuentro en el que los goles parecían garantizados.
Fueron cerca de dos horas antes que las damas se reunieron enfrente de la pantalla del estadio de Ciudad Universitaria. El escudo de los cementeros fue modificado. El siempre emblemático azul que acompaña a La Máquina siempre, fue pintado de distintos colores. Morado, lila y rosa, fueron los que acompañaron al rojo y blanco que también caracterizan a la institución.

Todas alistaron las gargantas, no iban a dejar que nada opacara su día, además de que recibieron el apoyo de todos aquellos que tenían algún elemento en pro del equipo celeste. El cántico comenzó con fuerza. La explanada se paralizó ante la emoción de las féminas, que no dejaron de alentar, pese a que poco a poco perdían fuerza. Los varones respetaron, pero acompañaron con los instrumentos para darles potencia y una base sólida.
La revancha llegó cuando el resto de las damas llegaron al inmueble. Con trapos, banderas e instrumentos, todas se unieron para mostrar el amor que le tienen a su escuadra. No importó la edad o cualquier condición. Incluso, una de las líderes mostró el compromiso que siempre tuvo. Con su bebé a días de nacer, se presentó para demostrarle su pasión al cuadro que dirige Vicente Sánchez.
La fiesta fue total, después de que el grupo de mujeres avanzó
, los hombres pasaron detrás de ellas para mostrarles su respaldo y confirmar que la afición cementera está unida en pro de su escuadra, la que levanta mayores pasiones, sin importar el género de la persona.

Los que mostraron su cariño por un jugador fueron los aficionados del Monterrey. El nombre de Sergio Ramos y el número 93 invadió la mayoría de las espaldas de los aficionados regiomontanos que se dieron cita en el lugar.
Con ánimo y dinero, algunos dejaron todo por el jersey del español, que se vendía entre mil 200 y mil 500 pesos a las afueras del estadio. Además, ya en las gradas, la gente aplaudió al ex Real Madrid e incluso celebraron tenuemente la anotación que marcó contra La Máquina.

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