La mística de auriazul está de vuelta. Esa garra que Pumas anhelaba desde hace varios ayeres se volvió a sentir en el estadio Cuauhtémoc. Efraín Juárez y sus pupilos volvieron a regalar una noche de emociones como la que entregaron a media semana, aunque ahora con el toque especial de una remontada sobre el Puebla que terminó por sucumbir con el 1-3 final.

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La velada no inició del todo dulce para los universitarios. Los corajes fueron la constante del timonel auriazul en la primera mitad, especialmente por los muchos errores que tuvo Alex Padilla. El guardameta no solo fue el culpable del gol poblano, sino que tuvo una serie de desatenciones que pusieron a temblar tanto a la defensa, como al cuerpo técnico, ni se diga a la afición que pobló gran parte de las gradas del Coloso de las Maravillas.

Un pésimo rechace del guardameta felino dejó el esférico en bandeja de plata a Waller. El argentino solo tuvo que empujar con un sutil empujoncito que hizo enfurecer a Juárez. El nerviosismo de Padilla lo llevó a comprometer la salida de su equipo unos minutos más tarde, ahí la paciencia del entrenador se acabó. Una fuerte llamada de atención fue presenciada por todo el estadio.

Los Pumas de Efraín Juárez aprovecharon la expulsión

Fue necesaria la expulsión de Angulo para que Pumas fuera capaz de generar su primer tiro a gol del partido. Ese fue la mejor noticia para su propósito, ya que estaban siendo acorralados en su área una y otra vez por el ataque poblano.

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Efraín se dio cuenta de que su once no estaba siendo nada producto tuvo al frente y en emergencia recurrió a Leo Suárez. El 10 que llevaba casi ocho meses fuera de las canchas tuvo su retorno en un escenario adverso.

Pumas cumplió con la promesa de Juárez, esa de cambiar la actitud en cada partido. Con más corazón que fútbol consiguieron el empate en una jugada iniciada por Suárez. Quispe hizo que todo el banquillo descargara la tensión con un derechazo imposible para Jiménez.

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El empate no fue suficiente. Guillermo Martínez hizo efectiva la ley del ex y con ello concretó la remontada. El estratega felino explotó en júbilo dentro de su área. El ‘Cómo no te voy a querer’ retumbó en el Cuauhtémoc. El Club Universidad se adueñó del recinto, del protagonismo y de los tres puntos con el tercer gol que aseguró su segunda victoria consecutiva. Ali Ávila desató la locura en el estadio, aunque fue retrasada por la revisión del VAR. Pumas sigue en el sueño llamado Efraín Juárez.