En un fenómeno que rara vez ocurre, los reflectores no estuvieron en la cancha para observar lo que pasaba en el duelo entre el Inter Miami y el Cavalier de Jamaica, sino en el palco en el que estaba Lionel Messi junto a su esposa Antonela. La ausencia del futbolista argentino debido a una molestia muscular no sólo mermó el espectáculo, sino también el rendimiento de su equipo, que sufrió de más para vencer 2-0 al humilde cuadro jamaicano en la ida de los octavos de final de la Copa de Campeones de la CONCACAF.

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“No Messi, no party”, suelen decir los aficionados a las “Garzas” cuando el argentino no juega. La sospecha se cumplió cuando de pronto el equipo de Javier Mascherano se encontró espeso dentro de la cancha del Chase Stadium. Sin posibilidades de imponer condiciones, a pesar de contar en la alineación con figuras de la talla de Sergio Busquets, Jordi Alba y Luis Suárez.

El Inter Miami no solo batalló para imponer condiciones al frente, sino que también pasó sus contratiempos en defensa. El susto mayor lo pasó al filo del descanso. El VAR lo salvó al anular un gol del Cavalier por un milimétrico fuera de lugar.

Ya en la parte complementaria, los locales buscaron poner orden y las cosas pintaron mejor para ellos. El tanto que les dio la ventaja llegó al minuto 61, en una jugada que contó con varios rebotes antes de que el balón le llegara a Tadeo Allende, quien definió de zurda para marcar el primero.

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A pesar de que los jamaicanos no lo dejaron de intentar, el Inter Miami amplió la renta al minuto 83, tras una jugada en la que Luis Suárez encontró posición de remate dentro del área para definir de zurda al palo lejano del arquero. La victoria fue del Inter, sin embargo, el futbol brilló por su ausencia.