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8, febrero 2025 - 6:00

┃ Alvaro Zaldaña/ ENVIADO

Las redadas en busca demigrantes en Nueva Orleans continúan con todo y Super Bowl. FOTO: AFP

Nueva Orleans.- Entre tanto encanto que hace de Nuevo Orleans una puesta en escena atractiva como sede del Super Bowl LIX, detrás del telón se esconden sentimientos y acciones como la represión, inseguridad, depresión por los constantes problemas sociales que vive la ciudad. Esto aumentó con las políticas contra migrantes que instauró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es sus primeros días de mandato este 2025.

El argumento del mandatario para dicha acción es “proteger a los americanos de la delincuencia y droga”. Como resultado, decenas de redadas por parte del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) se han desatado por todo el país y la sede del Super Bowl LIX no ha sido la excepción. Sin embargo, existe este escenario donde, en los puntos centrales de la urbe, se esfuerzan por mantener la tranquilidad. Son los latinos que viven residen aquí, con o sin papeles, los que relatan lo que describen como “una cólera colectiva”.

El Super Bowl disfraza la situación delos migrantes

“Ahorita la ciudad está disfrazada por el Super Bowl. Es mucho dinero y quieren quedar bien, políticos, banqueros, hasta Trump vendrá al partido cuando antes nadie lo había hecho. A las afueras de la ciudad es donde nos capturan, nos atacan y algunos ya no vuelven. Todos tenemos miedo de perderlo todo, cuando solamente queremos trabajar, salir adelante con nuestras familias”, dijo a ESTO un cuidado venezolano ilegal que lleva 10 años de llamar a Nueva Orleans “mi casa” y quien mantenerse anónimo.

Sentados en las escaleras de una plazuela en el centro de Nuevo Orleans, sobre Decatur Street, con la Catedral de St. Louis de frente y el puente Crescent City Connection a sus espaldas, ambos inmuebles iluminados con los colores de Kansas City y Philadelphia, los migrantes relatan lo que han vivido en los últimos días y que los hace sentir tanto miedo.

Si bien Trump retomó el poder como el presidente número 47 de los Estados Unidos el pasado 20 de enero, los problemas para los migrantes comenzaron justo en las celebraciones de año nuevo cuando una persona atropelló y mató a 14 peatones en Bourbon Street, además de herir a varias más donde se encontraban latinos.

En Nueva Orleans, sede del Super Bowl, hay redadas sorpresas

Posteriormente, comenzaron las redadas sorpresa en lugares donde comúnmente se reunían los latinos. Hoy en día, estos centros de entretenimiento están cerca de quebrar ante la caída de demanda.

“Yo trabajé en una discoteca hasta hace una semana. El lugar tiene espacio para 380 personas y después de Trump no van ni 25. De 47 personas que trabajan ahí, se llevaron 40″, relató un ciudadano hondureño al Diario de los Deportistas y prosiguió.

“Nos afecta a todos, muchos no quieren salir de sus casas, pero hay otros que, si no lo hacemos, nos morimos de hambre. El 85% de las personas que hacen la limpieza aquí, no tienen papeles. El 15% restante trabaja en los mejores hoteles y cobran 14 dólares la hora, casi todos dejaron de ir a trabajar por miedo y eso afectó el negocio, pero los dueños les pidieron ir y a cambio les prometieron darles seguridad. No decirles a nadie sobre su situación. A nosotros nos desplazan, pero también sin nosotros no funcionan, no hay cash (efectivo)”, dijo un ciudadano hondureño anónimo al Diario de los Deportistas.

Según un estudio que publicó el Departamento de Policía de Nueva Orleans, el 2% de la población total de la ciudad es hispanohablante, de ellos, la nacionalidad que tiene mayor volumen que reside en el estado de Louisiana es la hondureña, con alrededor de 103 mil catrachos.

Esta migración masiva comenzó ante las afectaciones del huracán Katrina en 2005, cuando varios acudieron para reconstruir la urbe. Tras levantar Nueva Orleans y casi 20 años más tarde, son ellos a los que persiguen.

Residentes ayudan a inmigrantes en Nueva Orleans

Aunque son los protagonistas, los latinos no son los únicos afectados. También se encuentran aquellos residentes estadounidenses que se dividen entre los que avisan a los policías dónde hay migrantes y, supuestamente, son recompensados por hacerlo, y los que alertan a las personas para que no sean arrestados. Zack, encargado de una de las tiendas de esotería más famosas de la ciudad, ha visto cómo se han llevado amigos.

“Muchos de mis amigos en la comunidad están tratando de avisar a otras personas en los medios sociales y enviando mensajes de que la policía está cerca haciendo redadas y cosas así. Hay una resistencia, pero se siente que esa resistencia está muy intimidada en este momento, muy preocupada. La confusión es colectiva, no saben exactamente qué van a hacer, cuándo será su último día en Nuevo Orleans”, apuntó a ESTO.

Su tienda de voodoo y brujería se encuentra en el célebre Barrio Francés, justo donde en cada esquina se encuentra, por lo menos, una patrulla en busca de evitar una tragedia o, como comentan varios, en la “caza de latinos”.

Los residentes también delatan a los migrantes a cambio de 1000 dólares

Curiosamente, son muchos los latinos que acusan a otros en busca de “protegerse”, además de que, presuntamente, les dan poco menos de 1000 dólares por cada “pitazo” de que den. Zach, como estadounidense, no entiende cómo eso puede pasar entre “hermanos hispanos”.

“Es lo mismo con la comunidad haitiana. En el Voodoo, tenemos muchas tiendas en comunidades haitianas, y muchas personas de Haití votaron por Trump. Y dijeron ‘bueno, tuvimos Duvalier (ex presidente de Haití) y no creemos que vaya a ser tan malo como eso‘. No tengo explicación para eso. Es verdad. No lo entiendo. Hay muchas personas preocupadas por la naturaleza desorganizada de todos las órdenes ejecutivas que han venido de Washington y hay mucha confusión sobre qué va a permanecer y qué va a ser detenido, detenido o modificado. Estoy tratando de mantener mi cabeza recta para resolver los hechos”, sentenció.

Por temor a represalias, los entrevistados prefirieron no ser grabados, ni descritos y, así como ellos, la sede del Super Bowl LIX intenta salir adelante pese a los problemas detrás del telón, que finalmente caerá el próximo domingo 9 de febrero. Será tras el cierre de la temporada de la NFL que, para muchos, “se verá la verdadera cara de Nueva Orleans“.

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