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16, enero 2025 - 17:49

┃ Arturo Méndez

Tabata irá a Japón para probarse contra las gladiadoras niponas / Foto: Oswaldo Figueroa

Tabata es una integrante de tercera generación de una de las familias más destacadas en la lucha libre, la dinastía Chicana. La amazona del Consejo Mundial de Lucha Libre es hija de Lluvia y el Último Guerrero, dos de las figuras estelares del roster de la empresa más antigua del mundo, algo que le trajo muchas criticas desde su primera presentación como profesional. Con duros entrenamientos junto a su padre y los consejos de su madre, la joven estrella ha sabido ganarse le cariño de la afición y múltiples oportunidades en el cuadrilátero.

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En charla con ESTO, Tabata recordó cómo se dibujó el camino que la llevó a convertirse en gladiadora profesional. Confesó que de pequeña soñaba con brillar en los encordados, no había otro destino para ella al nacer en una cuna de luchadores. “Jugaba en el ring de la Arena México, en la pasarela según yo caminaba y posaba como las Divas de otras empresas y mi mamá me decía que no fuera luchadora. Mi primer deporte fue el ballet, no duré porque yo quería jugar luchitas con las niñas”, narró.

Foto: Oswaldo Figueroa

Relató que durante la pandemia por COVID-19, dejó el boxeo y comenzó a entrenar lucha libre por recomendación de Lluvia. Su primer profesor no podía ser otro que Último Guerrero, famoso por ser exigente con sus pupilos. “Cuando mi papá vio que me lo estaba tomando más enserio fue muy rudo, a la fecha hay entrenamientos que me hace llorar, es muy exigente”, dijo, mientras describió que con su mamá las cosas eran muy distintas al momento de sus prácticas: “Mi mamá me veía subirme al ring y se salía para no ponerse nerviosa”.

Tabata pensó en dejar la lucha libre

Fue imposible no enamorarse de un deporte que lleva en las venas por herencia. Aunque en algunos puntos le pasó por la mente desistir en el intento por lo complicado que era soportar los golpes y los duros entrenamientos, se aferró al nuevo sueño, en gran parte inspirada por ser nieta de una de las grandes leyendas del pancracio nacional, Sangre Chicana. “Hubo un momento en el que yo decía que ya, porque yo regresaba todos los entrenamientos llorando, todo me dolía. Es un proceso difícil, te tiene que gustar mucho el estar arriba de un ring, los golpes, porque si no, lo vas a sufrir”.

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Foto: Oswaldo Figueroa

Durante el proceso al estrellato, recibió fuertes críticas por varios factores. El venir de una gran familia del deporte espectáculo le valió ser señalada por la afición, que no desaprovechó la oportunidad de decir que llegó a debutar por influencias de sus padres. Tabata tuvo oídos sordos, con el paso del tiempo y gracias a su trabajo arriba del ring, logró cambiar la visión de la gente.

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“Mi mamá habló mucho conmigo sobre eso, porque ella también ha sufrido de esos comentarios. Yo no me gano lo que tengo por los comentarios de la gente, me dijo que me lo he ganado por mi esfuerzo. Sí he visto comentarios de que ‘nada más sale a enseñar’, que si una esta fea también la critican, que si una está muy flaquita o lo que sea, a la gente no la vas a tener contenta. Cada lucha he demostrado porque tengo todas estas oportunidades. No nada más somos una cara bonita, tenemos talento, por algo estamos en la mejor empresa de México”, cerro.