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16, enero 2025 - 12:35

┃ Yael Rueda

Antonio Mohamed fue un ídolo de los Toros Neza / Foto: Mexsport

Antonio Mohamed fue uno de los jugadores estrellas del legendario Toros Neza que trajo color al futbol mexicano en la década de los 90. Aunque brillaba con su calidad en los pies, el sobrepeso que tenía era una de las cosas que no gustaba a Juan Antonio Hernández, dueño del club.

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El Turco Mohamed relató en su libro “Una vida llena de pasiones” que el dueño de la institución lo condicionó con que no tenía que engordar para que le diera su sueldo completo. En caso de que estuviera más pesado de lo que debía, le quitarían cierta cantidad de dinero.

“Yo tenía un presidente muy exótico, traje blanco, camisa roja, un espectáculo, que me decía, si yo le pago todo el contrato usted va a engordar y no me va a rendir. Entonces, se va a pesar cada 15 días y si está pasado del peso le voy a quitar tanta plata”, relató.

Antonio Mohamed convenció a los utileros de ayudarlo a dar el peso correcto

El Turco se las ingenió para poder dar los 83 kilos que debía parar la báscula. Fue así que empezó a hacerle regalos al utilero para que lo ayudara.

“Yo sabía que no iba a dar. Tenía que estar en 83, 83 y medio kilos a lo mucho y el utilero sabía, yo le compraba comida, le daba ropa del club, playeras para que le moviera un tornillito y antes de que entrara el doctor le movía y listo, nunca me agarraron”, dijo.

Sin embargo, todo cambió cuando compraron una báscula electrónica, por lo que hay se terminaría la trampa.

“Un día llego a entrenar y me dice el utilero ‘Toni, viste, nos cambiaron la báscula, se la llevaron, van a traer una más nueva’. Yo cuando vi que era una electrónica dije ‘esta no va más aquí’ y la rompí. A los dos días que llegó la cargué y dije ‘ay, perdón, se rompió'”, concluyó.

¿Por qué el Turco Mohamed tenía sobrepeso cuando jugaba en Toros Neza?

Antonio Mohamed contó que su esposa le daba sopa de verduras para ayudarlo a mantener el peso. Sin embargo, no le gustaba tener ese alimento todos los días.

“Mi mujer sabía y se enojaba cuando yo estaba arriba (de peso), entonces todos los días me preparaba sopa de verduras y estaba rica, la verdad, pero comerla diario, ya no podía”, expresó.

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“Entonces lo que hacía, en la entrada de la calle donde yo vivía había un McDonald’s, y todos los días, después de entrenar, pasaba al McDonald’s, me comía dos hamburguesas y llegaba con mi mujer y me comía la sopa, le decía ‘Qué rica, ya estoy satisfecho’ y con eso ya no me metía en problemas”, sentenció.