Es probable que de todos los estadios de la NFL que recibieron acción en la última semana de la temporada, el Raymond James Stadium de Tampa Bay era el que tenía más en juego. Los Buccaneers debían ganar para asegurar el título divisional por cuarto año consecutivo, un logro que a su vez también les permitiría amarrar su boleto a la postemporada. Aunque en un plano secundario, también buscaban que Mike Evans igualara al mítico Jerry Rice con 11 campañas en fila con al menos mil yardas. Más allá del drama, todo se logró para Tampa, tras imponerse 27-19 a un combativo Nueva Orleans.

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Los aficionados de los Bucaneros pasaron del sufrimiento al goce absoluto en un lapso de minutos. Tras una primera mitad desastrosa en la que perdían 13-6, Baker Mayfield y compañía se tomaron las cosas en serio y protagonizaron una vibrante remontada. No fue cosa menor, porque a kilómetros de ahí, Atlanta parecía encaminarse al triunfo ante los Panthers, una combinación fatídica que marginaba a Tampa Bay de la postemporada.

Los Buccaneers reaccionaron de forma magistral, impulsados por el espíritu de Baker Mayfield. Apenas comenzado el tercer cuarto, el mariscal de campo conectó con Durham para recortar distancias. Los Saints lograron mover el ovoide en patio ajeno pero carecieron de contundencia. El pateador Blake Grupe anotó cuatro goles de campo que lograron apretar el encuentro, pero les impidieron sacar una ventaja suficiente.

Fue en el último cuarto cuando Tampa Bay dio el golpe definitivo. El equipo se liberó de la tensión y dejó de cometer los errores que hasta el momento les había complicado el camino.

Fue entonces que Mayfield apuró su conexión con el novato Jalen McMillan. El receptor fue pieza clave en el touchdown que les permitió darle la vuelta al marcador con dos grandes recepciones, la primera que los puso cerca de zona roja y la segunda en las diagonales, en un juego de pies precioso que levantó al público. Ya sobre el final, fue el corredor Buck Irving quien conquistó la tierra prometida con un acarreo de 11 yardas.

Mike Evans hizo historia con Tampa Bay

Cuando parecía que a Evans se le escapaba la marca de las 1000 yardas, Tampa Bay tuvo una última posesión con apenas segundos. Todo el estadio sabía que Mayfield buscaría darle a Evans esas cinco yardas que lo separaban del histórico registro, y así fue. El receptor sumó ocho yardas y desató la explosión de júbilo.

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Evans empató al legendario Jerry Rice como los únicos dos receptores en registrar al menos 1000 yardas en 11 campañas consecutivas. Una estadística que refleja su regularidad en la liga.

Panthers sorprendió a los Falcons

En un duelazo inesperado, los Panthers derrotaron en tiempo extra 44-38 a los Falcons, quienes debían ganar su partido y esperar una derrota de Tampa Bay para ganar su división y clasificar a la postemporada. Lamentablemente para su causa, no ocurrió ni una ni otra y la temporada terminó para ellos.

Uno de los villanos de los Falcons fue el mariscal de campo Bryce Young, quien comandó de gran manera el triunfo de Carolina al lanzar tres pases de touchdown sin intercepciones. La buena producción le permitió mantener el pulso ante lo hecho por Michael Penix Jr, de Atlanta, quien lanzó dos pases de anotación a Drake London y se conectó con él para 187 yardas, pero regaló una costosa intercepción.

Tampoco bastó un partido descomunal del corredor Bijan Robinson, quien corrió para 170 yardas y dos touchdowns, pero ni así fue suficiente para llevarse la victoria.