Eterno compañero de Cristóbal Ortega, Alfredo Tena llegó al velorio del hombre con más presencias con la playera del América hundido en la tristeza y con una petición clara para el club.

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El Capitán Furia mostró su lado más apasionado y suplicó al cuadro de Coapa que retiren el número que Ortega portó por 18 años, el mítico 11.

“Si hacemos un recuento, son 711 partidos en primera, súmenle otros 200 en fuerzas básicas, ganó desde el torneo de los barrios, quién sabe cuántos títulos, como persona fue increíble, no jugó más que en el América, sí estaría bien que retiraran el número”.

Incluso, catalogó a Cristóbal como el futbolista más grande que pisó Coapa. “Por lo pronto, para mí no (no hay un mayor americanista), con los que a mí me tocó convivir, no, no hablo de los de ahorita porque no he convivido con ellos, de los que yo conocí, es el más grande que pisó Coapa”.

Resaltó el amor que tenía Ortega por el cuadro azulcrema, a muestra puso el momento en el que les informaron que no entraban en planes. “Eran otras épocas, yo no culpo a los jugadores de hoy quieran cambiarse, pero él, el día que nos dieron nuestra carta, el mismo día que nos dijeron que ya no nos iban a necesitar, yo me fui a buscar equipo y él, cuando cruzó la puerta del club, ese día se retiró, ahí se retiró, no quiso saber más, tenía ofertas, pero no quiso saber nada de equipos que no fueran el América”.

Alfredo Tena recuerda cómo era Cristóbal Ortega

La aptitud que dejó en el club, Tena todavía la ve. “Cristóbal deja un legado de valores, la verdad, dejó las vitrinas con muchos trofeos, pero lo más importante fueron los valores que nos dejó a todos, que permearon con las diferentes generaciones que fueron llegando y que son valores que aún rigen en la institución”.

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Confirmó que siempre fue un líder, pese a que no era de los que hablaba con la prensa. “La unidad, en el buen sentido de la palabra, no era sumiso, era humilde, siempre fue el primero en trabajar, nunca tuvo una queja en 50 años que lo conocí, nunca se quejó de nada, siempre era el primero en sacar el pecho por el equipo, en fin, dejó muchos valores y que a nosotros, a lo largo de los años, hemos tratado de pasar a las generaciones de juveniles del América”.

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Aunque, por lo que siempre lo recordará, será por su don de persona. “Su humildad, en el buen sentido de la palabra, fuimos muchos años compañeros de cuarto y el día a día que él nos mostraba era extraordinario, realmente es un legado porque siendo que era el mejor, era el más humilde y eso no es fácil, eso todos lo admirábamos”, sentenció.