Aunque el deporte suele darle un especial protagonismo a la estadística, se sabe que cuando las acciones comienzan los datos previos valen de poco. Algo parecido fue lo que le pasó a Oregon, que llegó al Rose Bowl con récord invicto y ranqueado como el número uno de toda la nación. La condición de favorito no evitó que fuera vapuleado por Ohio State, quien avanzó a las semifinales de la NCAA con un contundente 41-21. En dicha instancia se medirá con Texas.

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Ohio State mostró un gran poderío ofensivo

Ni en el peor de los sueños los Ducks podían imaginar lo que pasaría en Pasadena. De pronto, la solidez que el equipo había mostrado a lo largo de toda la temporada desapareció y Oregon se mostró incapaz de producir a la ofensiva, pero sobre todo de detener el ataque de los Buckeyes.

La debacle de los invictos se extendió durante toda la primera mitad, en la que Ohio State anotó 34 puntos sin respuesta. Los Ducks apenas pudieron romper el cero al cierre del segundo cuarto, en lo que se intuía como una ligera declaración de intenciones, aunque la misión era sumamente complicada.
Oregon buscó la reacción al inicio de la segunda mitad, al anotar en su primera serie, sin embargo, un touchdown de Henderson al finalizar el tercer cuarto volvió a enfriar el tazón. Ni siquiera la anotación de Holden a falta de 10 minutos para el final del partido logró encender de nuevo los ánimos, en una actuación decepcionante.

A diferencia de lo que pasó con Oregon, Ohio State mostró una versión dominante en prácticamente todas sus líneas. El mariscal de campo Will Howard brilló con 319 yardas y tres touchdowns, mientras que el receptor Jeremiah Smith brilló con 187 yardas y dos touchdowns. Por tierra, mientras tanto, el corredor TreVeyon Henderson corrió para 94 yardas y dos anotaciones. La defensiva también tuvo su protagonismo al registrar ocho capturas.

Del lado de Oregon, la tarde fue sumamente triste. El quarterback Dillon Gabriel sumó 299 yardas y dos touchdowns, con Holden como su mejor hombre, al recibir 116 yardas y dos anotaciones. La cuenta pendiente estuvo por tierra, al no poder imponer nunca su ataque terrestre.

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