Chilpancingo de los Bravo.- Antes de perder la vida, David Josué García Evangelista era un ferviente admirador del astro portugués Cristiano Ronaldo.

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“Admiraba mucho a Cristiano Ronaldo, tengo otro hijo, el más grande, que él admira a Lionel Messi así que era siempre un conflicto entre ellos, el debate de quién era mejor y todo entonces David siempre era su CR7, quería sus tenis siempre de Cristiano Ronaldo lo admiraba mucho hasta que, inclusive en el sentido de que aprendía sus jugadas, las ponía siempre en la computadora y los repetía. Al poco ratito ya podía hacer lo que Cristiano también hacía jugando”, apunta su madre Roberta Evangelista.

Explica que: “De repente llegaba a peinarse como él, inclusive en su cuenta de Facebook siempre por lo regular tenía muchas fotos de Cristiano Ronaldo”

David Josué, el fan de Cristiano Ronaldo soñaba con ser jugador profesional

La mamá añade que parte de los sueños de su hijo era darle un patrimonio cuando se convirtiera en futbolista profesional.

“Él me decía voy a crecer en el futbol algún día te voy a comprar una casa grande, bonita, un carro, o sea, él soñaba con irse de aquí y aspiraba mucho. Sobre todo en lo que es el nivel deportivo”, expone.

Roberta Evangelista aún conserva -tal y como los dejó- objetos personales de su hijo David Josué. Entre ese tesoro se encuentran los tachones desgastados de su niño cuando jugaba, su playera de los Avispones, cuadernos de secundaria y otros elementos que denotaban a un adolescente enamorado.

“Estos tenis los ven así sucios porque los quiero conservar tal cual. Él siempre desgastaba la parte izquierda. Tengo su ropa, su mochila de la secundaria, sus cuadernos. No quiero deshacerme de ellos, me conforta ver su letra que tiene ahí plasmada en la casa, como era muy enamorado dibujaba corazones y nombres de las chicas entonces, al grado de que en la pared hizo un corazón dibujado y nosotros lo diseñamos, le dimos ahí una manita de gato y la verdad ahí está su letra”, describe.

“Todavía conservo muchas cosas, juguetes al principio cuando esto había sucedido pues, aparecieron muchas niñas que decían ser sus novias. Algunas me pedían ropa de él, playeras. A mí me dolía que me las pidieran y yo decía que no, que cómo iba a darle algo que le pertenecía a mi hijo a esa persona, no quería deshacerme de sus prendas hasta que recibimos ayuda psicológica. Quizás no nos ha ayudado de mucho pero sí de algo, recibimos también apoyo de una tanatóloga y ahí me di cuenta que si una playera se le veía bonita a mi niño, pues a otra persona también se le iba a ver igual, entonces hubo cosas que sí obsequié a personas queridas”, concluye.

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