Raúl Jiménez y el Fulham terminaron con una maldición que estuvo presente durante prácticamente medio siglo. Este boxing day, el cuadro de Craven Cottage se metió al Stamford Bridge y le sacó la victoria al Chelsea por marcador 1-2.

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Los Blues tuvieron la pelota y algunas llegadas de peligro. De hecho, estaban presupuestados los tres puntos en la bolsa, especialmente cuando Cole Palmer apareció para romper el récord de Jimmy Floyd Hasselbaink. La acción fue espectacular, se sacó de encima a dos rivales y definió entre las piernas de un tercero. La esférica se coló pegadita al poste, imposible para el portero.

Pasaron 23 años para que un jugador del Chelsea pudiera hacer más de 25 goles en un año natural. El elegido fue Cole Palmer, quien tras la diana ya no estuvo fino.

El Fulham dejó ver desde el primer tiempo que tenía pinceladas para poner a temblar al Chelsea. Una de ellas fue de Raúl Jiménez, quien recibió la esférica hacia el costado derecho, se metió al área y sacó un disparo cruzado que terminó en la frontera de la cancha.

También Bassey tuvo su chance cuando se fue a la ofensiva. Su disparo lleno de veneno terminó abrazado por Robert Sánchez. El grito de gol de los visitantes se ahogó.

¿Cómo fue el cierre del partido entre Chelsea y Fulham?

Los Blues renunciaron muy temprano al ataque y las modificaciones de Enzo Maresca fueron nulas. Apenas permitió el ingreso de Christopher Nkunku ante las múltiples modificaciones del rival.

Raúl Jiménez cerró su participación luego de 76 minutos, en los que no pudo hacerle daño al Chelsea. Sin embargo, los ingresos de Harry Wilson y Rodrigo Muniz fueron definitivos en la recta final del partido.

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Primero fue Harry Wilson el que mandó la pelota al fondo de la red. El atacante remató prácticamente solo en el vértice del área chica tras un recentro que llegó desde segundo poste. La jugada la comenzó Robinson con un centro largo, Castagne la puso con la testa hacia el otro lado y llegó la resolución.

Ya en el ocaso del duelo, Rodrigo Muniz apareció para sentenciar las hostilidades y poner fin a un maleficio de 45 años sin conocer la victoria en Stamford Bridge.