El deporte tiene estas cosas, Falcons y Raiders ofrecieron un partido soporífero durante gran parte de la velada, pero reservaron cierto drama para la serie final. De alguna forma, el equipo de Las Vegas se encontró la oportunidad de ganar el partido en la última jugada, pero el pase a la zona de anotación terminó en las manos equivocadas y una intercepción de Jessie Bates cerró el triunfo para Atlanta por un apretado 15-9.

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La victoria, por más que haya carecido de brillo, no es cosa menor para los Falcons, porque les permite mantenerse con vida en la búsqueda ya sea del cetro divisional, a la caza de los Buccaneers, o uno de los comodines, al quedar con récord de 7-7 a falta de tres semanas para el final de la campaña regular.

Sumidos en una racha de cuatro derrotas en fila, los Falcons se aprovecharon de los Raiders para retomar el vuelo. No había mucha ciencia en aquellos factores que los ponían como favoritos, porque los locales llegaban con nueve descalabros consecutivos. El partido, de alguna manera, fue el reflejo de esas inercias.

Atlanta tomó la ventaja casi al final del primer cuarto con un touchdown de Drake London tras un pase de 30 yardas de Cousins. Los Raiders respondieron con un gol de campo, pero a partir de entonces perdieron el rumbo a la ofensiva. El quarterback Desmond Ridder fue interceptado en un par de ocasiones y todo parecía ir en su contra. Su defensiva. Sin embargo, comenzó a limitar el ataque de los Falcons al permitir solo goles de campo, un factor determinante para mantenerlos en el partido.

Con el marcador 15-3 a principios del cuarto cuarto, los Raiders comenzaron a mover el ovoide y un touchdown de Abdullah, a pase de Ridder, apretó el desenlace.

El equipo de Las Vegas se acercó de manera peligrosa y logró ponerse en posición de anotar a falta de unos segundos para el final del encuentro. Lamentablemente para su causa, el intento no rindió frutos y sellaron su décima derrota al hilo, para ponerse con una marca de 2-11.

El mariscal de campo Kirk Cousins terminó el encuentro con apenas 112 yardas, un touchdown y una intercepción. Mientras que Desmond Ridder acabó con 208 yardas, un touchdown y dos entregas de balón.

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