San Francisco vivió una auténtica noche tormentosa, tanto por el clima que azotó la bahía como por la derrota que prácticamente los deja sin posibilidades de aspirar a la postemporada.

Los Rams se llevaron el triunfo con un cerrado 12-6 que hasta cierto punto refleja lo que fue el partido y la guerra en las trincheras, con los pateadores como los únicos protagonistas.

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Eso de únicos es un decir, porque Karty y Moody fueron los únicos en poner puntos en el marcador, pero hubo jugadores que, para bien o para mal, acaparar los reflectores.

Para bien podría decirse que fue la ofensiva de los Rams, que en un partido tan cerrado cumplieron la máxima que pide cualquier coach, no cometer errores.

Sin entregas de balón. Al equipo de Los Ángeles le bastó con lo mucho o poco que hizo para llevarse una victoria que los impulsa de manera importante en la lucha por uno de los comodines, o incluso por el campeonato divisional, ahora en manos de los Seahawks.

No fue un partido brillante de Matthew Stafford, quien apenas pasó para 160 yardas y se vio maniatado en la primera mitad. Al ver el poco éxito que tenía su juego aéreo. Optó por darle el balón a su corredor Kyreen Williams, quien superó las 100 yardas y fue algo parecido al motor de los Rams.

También lo fue su receptor Puka Nacua, ya en la segunda mitad. Con jugadas grandes que le valieron para sumar 97 yardas, un contraste absoluto con Cooper Kupp, quien se fue en blanco. Los puntos estuvieron a cargo del pateador Joshua Karty, quien hizo buenos sus cuatro intentos.

Una vez enlistado todo lo que los Rams hicieron bien. Toca el turno de todo lo que los 49ers hicieron mal, sobre todo a la ofensiva, porque desaprovecharon oportunidades doradas en las que su defensiva había logrado limitar al poderoso ataque carnero.

En ese lapso, San Francisco sólo fue capaz de anotar dos goles de campo cortesía de Jake Moody. Una renta mínima que sirvió para poco, cuando los Rams despertaron y comenzaron a poner puntos en la pizarra.

Los Rams se llevaron la victoria en San Francisco

Una vez más, el ataque gambusino dependió de los chispazos de su ala cerrada George Kittle, quien recibió para 61 yardas. Desaparecidos estuvieron Jauan Jennings y Deebo Samuel, sobre todo éste último, quien dejó caer un pase que pudo haber terminado en las diagonales. El ataque terrestre tampoco funcionó del todo con Isaac Guerendo, al correr apenas para 57 yardas.

Pese a todo, San Francisco parecía llegar al tramo final con la posibilidad de empatar o tomar la ventaja. Pero una intercepción a Brock Purdy a falta de cinco minutos para el final del partido lo echó todo a la borda. Los 49ers no fueron capaces de poner más puntos y su récord de 6-8 parece una condena.

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