Las lluvias aparecieron en territorio hondureño y cambiaron todos los planes. La tormenta tropical Sara llegó a Centroamérica, y entre varias afectaciones en varios municipios del país, también afectó directamente el entrenamiento de la Selección Mexicana en el estadio General Francisco Morazán, que tuvo un trato especial previo al partido de los cuartos de final ida de la Nations League.

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Por extremar cuidado al campo híbrido del recinto catracho y por orden directa de la Concacaf, al igual que Honduras, el equipo dirigido por el director técnico Javier Aguirre, únicamente pudo estar media hora en el terreno de juego, 15 minutos atrás de una portería y el tiempo restante en el centro del campo, pero apenas en la orilla, con algunos jugadores tocando el campo de forma cuidadosa y los restantes afuera en ejercicios mayormente de resistencia y poco con el balón en juego. Aunque parecía que los reconocimientos del campo podrían cancelarse, la Confederación le dio un poco de tiempo y espacio, aunque el combinado nacional lo hizo con ligera lluvia y bien protegidos de cualquier peligro.

Aún no se conoce el portero que defenderá el arco de la Selección Mexicana

Los reflectores se los llevaron en la portería del lado norte. También con un espacio más reducido, los guardianes mexicanos entrenaron por un corto lapso de tiempo con algunos disparos y ejercicios con balón. Entre la incógnita de quién será el titular bajo los tres postes, a cada uno de los representantes se les vio de buen humor, sobre todo a Guillermo Ochoa y Ángel Malagón, quienes se disputarán ese lugar hasta el último momento. Aunque el Tala Rangel los acompañó en todo momento.

Entre los jugadores de campo a César Huerta se le vio motivado. El Chino podría recibir un trato hostil por la noche de este viernes, pero el jugador de Pumas está listo. Lo mismo que jugadores como Edson Álvarez y Raúl Jiménez, quienes apuntan a ser titulares.

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FUMIGARON EL RECINTO

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Previo al reconocimiento de ambos países en el estadio Morazán, el recinto hondureño recibió su último trato cuidadoso y uno de ellos fue la fumigación para evitar cualquier plaga que quiera aparecer en el partido con un insecticida en forma de niebla. De repente todo el ambiente se volvió blanco y aunque parecía que era algo de mayor peligro, solamente fue una fumigación para que todo este listo para el silbatazo inicial.