Si la situación de los Cowboys ya era compleja antes del partido ante Philadelphia, la contundente derrota 34-6 deja a Dallas prácticamente desahuciado. El equipo de Mike McCarthy volvió a mostrar su peor cara y ya sea con Cooper Rush o Trey Lance en el emparrillado, los Vaqueros se vieron realmente mal.

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Dallas ya estaba mal desde antes, pero al menos la presencia de Dak Prescott daba cierta sensación de esperanza para sus aficionados, como si el mariscal de campo mejor pagado de la liga estuviera siempre a punto de despertar, aunque no fuera cierto. Sin el quarterback titular, las carencias de la ofensiva se magnifican y queda un equipo malo.

Impulsado por su defensiva, con el regreso de Micah Parsons y un destello de Trevon Diggs, los Cowboys compitieron sólo en el inicio y complicaron un poco el paso de Philadelphia. Pero fue cuestión de tiempo para que las cosas tomaran su cauce y las Águilas volarán sin apenas resistencia en el maltratado Palacio de Cristal.

Los visitantes impusieron su ley y maltrataron a la defensiva vaquera en el juego terrestre al correr para un total de 187 yardas y anotar en par de ocasiones por esa vía, ambas cortesía de Jalen Hurts. El mariscal de campo no solo hizo daño por tierra, sino que también pasó para 202 yardas y dos touchdowns, uno a su ala cerrada Dallas Goedert y otro al receptor Jhonny Wilson.

Philadelphia logró mover las cadenas a su antojo y convirtió al receptor AJ Brown en figura, al sumar 109 yardas. El segundo más destacado del ataque fue el corredor Saquon Barkley, quien firmó un discreto registro de 66 yardas.

El tremendo paseo de las Águilas en Arlington también contó con una destacada actuación de su defensiva. La unidad recuperó cuatro balones sueltos y forzó una intercepción. No hubo quien se salvara en Dallas. Cooper Rush completó 13 de 23 pases para un total de 45 yardas y aunque no regaló intercepciones, sí tuvo dos costosos fumbles. Ya sobre el final del partido, McCarthy le dio entrada a Trey Lance. El suplente completó cuatro de seis pases para 21 yardas y fue interceptado en una ocasión.

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A pesar del sol que se colaba por los ventanales del AT&T Stadium, fue una tarde gris en Dallas. La derrota supone quedar con un récord de 3-6 y porque en realidad no hay señales que indiquen que el equipo puede salir del bache. Philadelphia, mientras tanto, llegó a una marca de 7-2 y cada vez luce mejor.