Si alguien buscara la representación de lo que es una debacle, podría poner como ejemplo a los Santos de Nueva Orleans y no pecará de exagerado. El equipo de Dennis Allen firmó su quinta derrota en fila tras caer 33-10 ante los Broncos de Denver y aquel arranque con marca de 2-0 solo sirve para hacer más evidente la caída.

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Aunque casi supone una contradicción, los Saints son un equipo sin alma. Una versión regular de Denver bastó para pasarles por encima y llevarse una victoria relativamente sencilla del Superdomo, casa del próximo Super Bowl.

El regreso de Sean Payton a la que fue su casa durante 15 años fue más plácido de lo esperado, aunque es probable que los fanáticos de New Orleans no piensen lo mismo, y vean al antiguo héroe como un nuevo enemigo. Denver detectó las debilidades de los Saints y atacó con dureza, sobre todo en las amplias avenidas que dejó por tierra.

Los Broncos terminaron el encuentro con un total de 223 yardas terrestres y con el corredor Javonte Williams convertido en figura, como hace tiempo no lo hacía. El jugador registró 88 yardas y logró llegar en par de ocasiones a la zona prometida. El mariscal de campo Bo Nix también aportó a la cuenta con un total de 75 yardas terrestres. No hizo falta un gran partido por aire para liquidar a su rival, al pasar apenas para 164 yardas, sin touchdown ni intercepciones.

Los Broncos dominaron a placer a los Saints

Los Broncos apelaron también al buen pie de su pateador Will Lutz, viejo conocido en esas tierras, quien hizo sus cuatro intentos de gol de campo. Y su defensiva, quien puso puntos en la pizarra gracias a un pick six.

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Es cierto que los Saints no tienen a Derek Carr, pero su caída, más allá de las lesiones, parece inexplicable. El equipo no encuentra respuestas y lo que antes funcionaba ahora no. El mariscal de campo novato Spencer Rattler terminó el partido con un total de 172 yardas, número poco alentador si se toma en cuenta que en su debut, el partido pasado, dejó mejores sensaciones. El quarterback se vio presionado en todo momento por la frontal de Denver, quienes lo capturaron en seis ocasiones y forzaron un intercambio de balón. La noche tampoco fue productiva para Alvin Kamara, el corredor, de gran campaña, apenas sumó 10 yardas en siete acarreos y no fue factor por aire, con 14 yardas en seis recepciones.

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Con su mejor arma neutralizada, quedó un ataque plano y sin capacidad de sorprender a la aplicada defensiva de Denver. Solo pudieron llegar a las diagonales sobre el final, en el tiempo basura, con un TD de Cedrick Wilson. El desastre de los Saints es más serio de lo esperado y Dennis Allen parece entrar en una zona en la que cada día puede ser el último.