Fresero Jr sonríe cada que menciona a su mamá. Sí, su voz se entrecorta al recordarla, pero lo hace con cariño y agradecimiento. Si no fuera por ella, hoy no sería uno de los mejores luchadores del circuito independiente, ya habría desistido en su camino. “Hombre paciente se hace rey del mundo”. le decía su madre.

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La pasión por la lucha libre se la heredó su papá, quien era referi en el extinto Toreo de Cuatro Caminos. Sin embargo, fue Irma Quintana, su madre, quien le enseñó a luchar por sus sueños y le mostró que la vida no era tan linda como todos decían.

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“Por quien estoy viviendo todo esto es por ella“, dijo en charla con ESTO. “Me enseñó lo cruel de la vida. Ella era cabrona conmigo, me decía que las cosas se sufrían, que tenía que pasar ciertos momentos trágicos para llegar a ciertas latitudes”.

Cuando Fresero Jr decidió que quería vivir de la lucha libre su mamá lo acompañó a la Arena México para poder entrenar. Estuvieron afuera de las oficinas día y noche durante tres meses sin ser recibidos. Su padre trabajaba en la empresa contraria, por lo que no pudo ayudarlo.

Un día, Blue Panther y Brazo de Oro llegaron a las oficinas de la Arena México. Saludaron a Doña Irma Quintana y Fresero Jr, y fueron ellos quienes lo ayudaron a comenzar sus entrenamientos en la catedral de la lucha libre mexicana.

Ese día Fresero Jr fue cuestionado si eso era lo que quería en la vida. Entonces, Irma Quintana le dijo que no había vuelta atrás, que tenía que convertirse en luchador profesional. Además, recibió un consejo extraordinario del ‘Maestro Lagunero’: “La lucha libre no se acaba en la Arena México, se acaba cuando dejas de tener ese gusto.

FRESERO JR ENTENDIÓ TODOS LOS SACRIFICIOS DE SU PAPÁ

Fresero Jr califica la historia de amor de sus padres como “dantesca”. El Fresero le llevaba 24 años de diferencia a su esposa, quien fue madre muy joven. En aquel momento, Fernando Lino Aguilera, nombre de pila del líder del Negocio Traumado, no comprendía porqué su mamá tenía que rifarse día a día a criarlos a él y su hermana.

“Mi papá estaba en su mejor momento, en su mejor época. Al final del día tenía dos seres humanos, uno que era famoso y una persona que trabajaba día, tarde y noche por darnos un mejor bienestar”, expresó.

“Fueron dos personas muy fuertes de carácter. Siempre peleaban, siempre discutían, pero yo nunca los vi discutir ni por una mujer, ni por un hombre, siempre sus temas eran como el… ‘yo te doy dinero’, ‘yo no lo ocupo’, ‘yo te quiero ayudar’ y el ‘no te necesito”, añadió.

El amor de su padre por la lucha libre fue tan grande que un día le cuestionaron si prefería el deporte o su familia y la respuesta marcó al Fresero Jr.

“¿Sabes qué respuesta le dio? Las luchas“, relató. “Entendí el nivel de amor que le tenía esta industria. No porque no nos quisiera, no porque fuera mal padre. Imagínate ser referi de un Hulk Hogan, Antonio Inoki, André el Gigante”.

Fresero Jr hoy tiene su familia y los constantes viajes lo hacen verlos poco, pero les hace saber la razón cada que puede. Quiere que sus hijos lo entiendan.

“Entiendo porqué mis padres trabajaban tanto, porqué casi no los veía, porqué casi no estábamos juntos. Trabajaban para darme lo mejor a mí y a mi hermana. Entonces, yo creo que lo más importante de todo es convertirte en alguien que tus hijos puedan idolatrar, respetar, querer”, cerró.

Fresero Jr quiso ser futbolista y pudo jugar en Atlante: “No me atraía tanto como la lucha”

La lucha libre corre por la sangre de Fresero Jr, pero antes de decidir que quería dedicarse al deporte de los costalazos tuvo la posibilidad de jugar futbol con el Atlante, relató en charla con ESTO.

Fue durante la época en la que los Potros de Hierro pertenecían al Instituto Mexicano del Seguro Social, cuando Lino Fernando Aguilera, nombre de pila del gladiador, llegó hasta las reservas de la institución.

“Practiqué muchos deportes pero creo que nada me atraía tanto como la lucha libre. Intenté jugué fútbol hasta reserva en el Atlante y hasta ahí tuve porque no me sentía completo, no me sentía ahí. Me hacía falta algo”, comentó.

Cuestionado sobre si tiene alguna afición por el Atlante, aseguró que no, simplemente ese fue el equipo en el que entrenó por varios años.

“No, es yo me hice en las Fuerzas Básicas de Cruz Azul y después llegó un director técnico y él estaba en el IMSS-Garjica, era como la filial del Atlante, entonces él nos lleva para allá y ahí quedamos en el Atlante”, compartió.

Fresero Jr jugaba como portero, y aunque todavía le gusta echar ‘cascarita’ de vez en cuando, sabe que dificilmente pudo ser futbolista profesional por la posición que ocupaba en el campo.

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También mencionó que policia federal fue otra profesión que le hubiera gustado desempeñar.

“Sí, tenía como unos 10 años y me impactó el uniforme de la policía federal. En verdad fue muy impactante para mí. En algún momento quise ser policía federal”, cerró.