Casi como un homenaje a la rivalidad que Steelers y Cowboys han mantenido desde la década de los setentas, cuando se enfrentaron en dos Super Bowls, el partido de este domingo por la noche apeló al drama de los clásicos, una serie que culminó con un pase de touchdown de Prescott en una cuarta oportunidad y a falta de 20 segundos para terminar el partido le dio el triunfo a Dallas 20-17 sobre Pittsburgh, quien hasta entonces había controlado a su rival con una defensa digna de la cortina de acero.

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No es ningún secreto que la fortaleza de Pittsburgh está en su defensiva y en esa presión que suelen meter a los mariscales de campo rivales, con TJ Watt a la cabeza. La fórmula explota cuando enfrente está un quarterback como Dak Prescott, quien no vive sus mejores momentos. Los Steelers interceptaron en par de ocasiones, forzaron un balón suelto y bloquearon un intento de gol de campo, méritos suficientes para considerar su actuación como brillante.

El talento de los Cowboys, sin embargo, les permitió superar cada una de las adversidades para llevarse la victoria, no sin drama, eso sí. Dallas pagó cara su falta de contundencia y en la primera mitad solo pudo anotar dos goles de campo. Fue hasta la segunda cuando llegaron los touchdowns, primero con un pase de Prescott a Dowdle y luego, ya en la agonía del encuentro, a falta de escasos segundos, con otro envío a Tolbert, quien coronó un extraordinario partido con la anotación que les dio la victoria.

Los Steelers, como marca su tradición, vendieron cara la derrota. Justin Fields y compañía aprovecharon el aire que les dio su defensa para mantenerlos en el partido y cerca estuvieron de llevarse la victoria. El mariscal de campo sumó dos pases de anotación a Connor Heyward y a Pat Freiermuth. Éste último en el cuarto cuarto y con tintes de lapidario, pero no fue así.

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Dallas le propinó a los Steelers su segunda derrota en fila, mientras que la Estrella Solitaria ligó triunfos y a cuentagotas parece encontrar su camino.