Con el compromiso de regresar al camino del triunfo tras la derrota sufrida ante Saúl “Canelo” Álvarez en mayo pasado, el bajacaliforniano Jaime Munguía subió al ring de la Desert Diamond Arena convencido de que este día era el indicado para volver a sonreír y resurgir en las 168 libras y lo hizo con un nocaut en el décimo round sobre Erik Bazinyan.

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En un examen que para nada fue sencillo contra Bazinyan, esta pelea dictó el reencuentro del pugilista mexicano con el “Terrible” Morales en su esquina en sustitución de Freddie Roach.

Lleno de ilusión y acompañado de Camila Fernández, el mariachi y la canción de “El Rey”, Munguía Escobedo se quitó la capa para iniciar esta pelea frente a un combativo y aguantador armenio, quien en ningún momento asomó desesperación o urgencia, pero el poderío del mexicano lo acabó.

Como es habitual, los primeros asaltos fueron de estudio, pero eso no impidió que cada uno se dejara sentir, el mexicano lo hizo con un gancho en el segundo round y el europeo con el jab como su mejor arma de poder. Conforme pasaron los episodios, Munguía se soltó más, siempre encaminado sobre el enemigo y comenzó a tejer combinaciones de hasta tres golpes.

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Jaime Munguía encontró su mejor versión en la mitad de la pelea

En el sexto asalto, a la mitad del combate programado a 12 capítulos, el tijuanense exhibió mayor volumen en su boxeo, el jab y el upper empezaron a encontrar destinatario, sin olvidarse del gancho, pero nada era definitivo contra un férreo y fajador Bazinyan.

En el séptimo round el público se levantó de sus asientos y parte del costo de su boleto valió la pena debido a que los dos se entregaron al máximo en el centro del cuadrilátero. Munguía con el 1 y 2, recto de derecha y gancho de izquierda, tambaleó al nacido en Ereván, pero éste resistió y contestó a la ametralladora del mexicano para dejar en claro que estaba entero.

Las sensaciones en el octavo y noveno episodio fueron de un Jaime que buscó recuperar un poco el aire por el desgaste acumulado tras llevar el mando de la pelea, en tanto que su rival se mantuvo en su línea más cauteloso a la espera de que uno de sus jabs hiciera mella.

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Jaime Munguía encaró el décimo round más fresco y después del consejo del “Terrible” Morales de no ceder más terreno a su enemigo, el mexicano no soltó a Erik Bazinyan y con combinaciones de poder lo envió a la lona a los 1:36 minutos del asalto para terminar con la mano levantada en una pelea que por momentos dio indicios de decidirse en las tarjetas.