El tres veces campeón de la Fórmula 1 y compañero de “Checo” Pérez en Red Bull, Max Verstappen, no se quedó callado y al ser cuestionado por lo que pretende el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, de censurar y hasta multar a los pilotos de la categoría por el hecho de utilizar palabras altisonantes dejó en claro que no se trata de un comportamiento de niños.

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Si bien las groserías no es algo que acepte del todo, enfatizó que en el momento salen frases por la radio de los monoplazas de acuerdo con lo que ocurra en la pista jamás con la intención de ser un ejemplo o hacerlo de manera continua, son situaciones que suceden en el instante y que para nada marcan la educación de los fanáticos de la Fórmula 1.

“Sí, discúlpenme por el lenguaje, pero vamos, ¿qué somos, niños de cinco o seis años? Incluso si un niño de cinco o seis años está mirando, eventualmente jurarán de todos modos. Incluso si los padres quieren o no lo permiten, cuando crezcan, caminarán con sus amigos y maldecirán. Así que esto no cambia nada“, indicó el neerlandés en conferencia de prensa previo a la actividad del Gran Premio de Singapur.

Cree que la sensibilidad de la sociedad en general y por supuesto dentro del automovilismo puede ser un factor que impida a los pilotos expresarse en ocasiones con frases fuertes cuando están con plena calentura por lo que viven arriba del bólido.

“Probablemente sea un poco el mundo en el que vivimos, dentro del deporte, pero también en general. Parece que la gente es un poco más sensible a las cosas. Así es como funciona. Supongo que el mundo está cambiando un poco, pero creo que ya empieza con no emitirlo, o no dar la opción a que la gente lo escuche”.

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Espera que la tecnología pueda ayudar a que los aficionados no escuchen por la frecuencia alguna mala palabra. “Por supuesto, muchas aplicaciones en las que la gente puede escuchar radios y esas cosas. Probablemente tengas que limitar esto, o tener un poco de retraso para que puedas censurar algunas cosas. Eso ayudará mucho más que poner prohibiciones a los conductores. Por ejemplo, ni siquiera podía decir la palabra F (Fuck). Ni siquiera es tan malo. El coche no funcionaba en Bakú”.