El aprendizaje de Rafael Márquez continúa día con día. El Káiser lo dijo desde un principio “vengo a aprenderle al mejor entrenador de la historia de mi país” y en cada momento que pasa, se confirma.

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El ex entrenador del Barcelona B mostró su compromiso desde el primer día que llegó. Las especulaciones de que no viviría en México quedaron de lado y se le ha visto activo en todas las jornadas de la Liga MX.

Pero, el momento en el que más demostró su forma de ser, fue en el primer entrenamiento con plantel completo. Márquez se forjó con el compromiso y por eso suele ser, junto a Javier Aguirre, el primero en llegar al sitio donde el Tricolor entrene. Hoy no fue la excepción. Las regaderas del pasto estaban en plena acción, cuando el Káiser y el Vasco ya estaban en el terreno de juego.

¿Qué hizo Rafael Márquez en su primer día como auxiliar técnico de México?

Si bien Javier libra un análisis táctico y con una visión distinta, Rafa se integra en todos los sentidos que puede, no le importa ensuciarse las manos con algo que los utileros pueden hacer, él acomodó las vallas, pidió los balones y hasta ubicó conos, todo para ver el trabajo que tanto le gusta.

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Su parado denotó confianza. Márquez se tomó la barbilla en varias ocasiones, su semblante fue netamente analítico con los movimientos que los futbolistas hacían. Y es que el zamorano sabe que son en estos momentos en los que se ganará la confianza de los jugadores y de Aguirre.

Estuvo un segundo con el Vasco, después con Toni Amor y Pol Lorente. Los tres encabezaron el trabajo, pero fue Rafa el que se alejó a la línea de banda para respetar el trabajo de las otras manos que tiene el DT nacional.

Márquez aprende todo lo que puede. Su sinceridad también se notó, al corregir a los jugadores en momentos puntuales. El toque y la clase tampoco las ha perdido, se dio el tiempo de acariciar la pelota con su pierna derecha, su forma se mantiene y por eso pudo hacer uno que otro ejercicio.

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Así luce el próximo entrenador de la Selección Mexicana, con ánimos y devorándose las clases que Javier Aguirre le muestra cada que comienza un entrenamiento. El Káiser, sin duda, estará listo para el reto del 2030.