Los Juegos Olímpicos se han convertido en un escenario donde los deportistas buscan dar su máximo esfuerzo. Aunque en ocasiones no logran hacerse con una medalla, su nombre quedará plasmado. Como es el caso del pugilista Miguel Ángel Martínez Ramírez, quien hizo su debut en París 2024 donde cayó en los Octavos de Final ante el uzbeko Ruslan Abdullaev.

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Tras su llegada al Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el boxeador duranguense destacó que el haber estado en la edición XXXIII fue una buena experiencia. Debido a que fue su debut dentro de unos Juegos Olímpicos.

“Lo voy a decir, me llevo una experiencia, me llevo un triunfo después de lograr estar dentro de los grandes atletas olímpicos. Lamentablemente, ahora sí comprendo que el sorteo puede ser bueno o malo. Antes se decía que no importaba, pero ahora te das cuenta de que sí tiene su valor. Desafortunadamente, no me tocó suerte; a veces nos toca estar arriba y luego abajo, pero lo importante es la experiencia que tuve”, confesó.

Martínez, quien aseguró su boleto olímpico tras obtener la medalla de plata en los Panamericanos de Santiago 2023, se convirtió en el primer duranguense en más de medio siglo en competir en unos Juegos Olímpicos.

El pugilista mexicano mencionó que su siguiente objetivo será mantenerse dentro del deporte olímpico. Buscará perfeccionar los errores que tuvo en París para así llegar de la mejor manera a futuras competencias. Incluso aspira a poder estar en Los Ángeles 2028 siempre y cuando el boxeo se mantenga.

“Hay que esperar, lo diga la federación, porque yo no tengo el conocimiento de qué competencias o a dónde nos van a mandar. Por el momento yo voy a llegar a mi casa. Pensaré que sigue a futuro e incluso trataré de arreglar lo que no pude para así llegar con las mejores condiciones a próximas competencias”, sentenció.

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Además, Martínez afirmó que fue una sensación única el poder ver a su compatriota Marco Verde luchar por una medalla donde la suerte no estuvo de su lado, pero el haber estado cerca del oro fue algo que el duranguense celebró gracias a que con la medalla de plata se ponía un final a una sequía a la que México no llegaba, siendo la última ocasión en Los Ángeles 1984 de la mano de Héctor López Colín.

“Cuando estaba peleando por la medalla de bronce, estábamos todos bien emocionados y cuando dieron al ganador, yo la verdad sentí que el triunfo fue para todos. Sinceramente lo digo de corazón; fue algo bárbaro el ver a un compañero con un proceso largo, pues me dio mucha felicidad verlo triunfar de esa manera”, finalizó.

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