Rebeca Andrade pertenecía a una familia de cinco hijos que eran mantenidos únicamente por su madre, Rosa, quien trabajaba como limpiadora de casas. Su tía a veces la llevaba al trabajo para que la carga de Rosa fuera menor. A los cuatro años, la acompañó a un gimnasio cerca de la oficina en San Pablo para un proyecto social de iniciación deportiva y, allí, cambió todo.

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Rebeca mostraba agilidad desde bebé, su madre asegura que cuando aprendió a gatear, ya podía subirse por sí misma a la litera de su casa. La niña fue apodada como Daianinha, en honor a Daiane dos Santos, una gimnasta brasileña que fue medallista en los mundiales de 2003 y 2006.

La pequeña siguió con su entrenamiento y decidió incursionar en el ámbito amateur, pero el sustento económico en casa no era suficiente. Emerson, su hermano mayor, la llevaba a entrenar todos los días pero cuando tenía que trabajar, Rebeca no iba a entrenar. Todos debían apoyar con los gastos en casa y los entrenadores se turnaban para llevarla al gimnasio.

Uno de dos coaches la invitó a Curitiba -lugar del centro de excelencia de gimnasia- a entrenar cuando recién tenía nueve años. Su madre aceptó pero sufrió críticas por ello: “Las personas decían que era una loca por dejar a mi hija irse, pero tuve la sabiduría y la mente abierta para dejarle seguir sus sueños”.

Las lesiones por las que Rebeca Andrade estuvo a punto de retirarse

Rebeca respondió con resultados y fue campeona de Brasil; en 2016 ganó su primera medalla en la Copa del Mundo en la prueba de barras asimétricas. Andrade se mudó a Río de Janeiro un año más tarde para practicar Flamengo y aprendió a hablar inglés.

No obstante, sufrió tres lesiones de rodilla que ameritaron operación. Rebeca pensó retirarse, pero ya no había vuelta atrás: “Las personas decían que era una loca por dejar a mi hija irse, pero tuve la sabiduría y la mente abierta para dejarle seguir sus sueños”.

La prueba fuerte para Renegar llegó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Simone Biles era la favorita para llevarse la medalla de oro pero decidió retirarse por problemas de ansiedad.

La brasileña ganó la medalla de oro en la prueba de salto, la especialidad de la estadounidense. A partir de entonces, su carrera despegó, al punto en el que en París 2024 le arrebató el oro a Simone Biles en la prueba de piso.

Simone Biles admite que Rebeca Andrade es la única gimnasta que logró estresarla

La propia gimnasta Norteamericana admitió que, por primera vez, se sintió estresada porque ninguna atleta se había acercado tanto a su rendimiento: “No quiero competir con Rebecca. Estoy cansada como si ella estuviera demasiado cerca. Nunca he tenido una atleta tan cerca. Me puse alerta y sacó a la mejor atleta que había en mí. Así que estoy emocionada y orgullosa de competir con ella, pero no me gusta. Estoy incómoda, muchachos. Me gusta esa sensación. Estaba estresada”.

Luego de ganar la medalla de oro, Simone Biles se arrodilló ante Rebeca Andrade en señal de respeto, pues finalmente hubo una gimnasta que la destronó como la gimnasta que siempre ganaba el oro olímpico.

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