París.- El baile es capaz de derribar muros y barreras culturales en los Juegos Olímpicos. No conoce de diferencias entre seres humanos, cuando gustosos entregan su cuerpo al sonido de las canciones guapachosas que han surgido en el continente americano.

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El reguetón de Daddy Yankee suena afuera del exquisito y elevado Museo del Louvre, con una canción que evoca a los barrios latinoamericanos: Gasolina.

Las banderas se mezclan: Eslovenia, Francia, Brasil, Ecuador, España, Países Bajos y, por supuesto, México están representados. Todos los originarios de esos países se dejan llevar por el perreo y el “tumpa tumpa” que emite la bocina gigante del organizador de una fiesta llamada Yair el Traviezo, quien porta una bocina gigante.

“A ella le encanta la gasoliiiina”, dice la canción del boricua, estandarte de lo que es hoy la música denominada como urbana.

Esa rola termina y comienza El Sonidito, seguido de La Culebra. Los mexicanos se encienden con los “pasos prohibidos” que cada uno saca de su repertorio personal. De pronto, la joya de la corona musical: “Payaso de Rodeo” de Caballo Dorado.

“Ven, ven, ven, animalito, ven”, resuena en París. Los “mexas” ya organizados hacen los pasos: dos pasos a la derecha, luego a la izquierda con los clásicos giros. La fiesta mexicana detona en la capital francesa para lograr unir a personas y curiosos que pasan por la zona.

“Gusta mucho Payaso de Rodeo porque se hizo muy clásica en las fiestas de las quinceañeras allá en México, también en las bodas, junto con La Chona, 17 años…tengo como 30 canciones en mi repertorio“, señala Yair, antes de dar una definición perfecta de lo que puede ser el aficionado tricolor en justa como los Mundiales de futbol o los Juegos Olímpicos donde la Selección ni la delegación de atletas suelen tener un protagonismo mayúsculo.

“Los latinoamericanos tenemos el sabor, la candela. En particular, los mexicanos somos el picante en los eventos. A lo mejor no somos el bisteck, la pechuga de pollo, pero sí el picante”, describe como si se tratara de un sociólogo.

LUIS MIGUEL Y JUAN GABRIEL TAMBIÉN LLEGARON A LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Las canciones siguen: suenan temas de Luis Miguel, Juan Gabriel y Los Ángeles Azules. Los mexicanos se sienten en suelo propio y se celebran a sí mismos.

La policía francesa apenas observa, entre curiosidad y asombro porque hay gente que es capaz de hacer fiesta de la nada.

Las afueras del Museo de Louvre se convirtieron en una gran pista de baile. Ahí, donde se encuentra la Mona Lisa también sonó La Chona.

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