Bois d’Arcy.- Un viaje en el tren de París puede resultar de lo más placentero. Cómodo, tranquilo, sin aglomeraciones ni tumultos y vistas de los alrededores de París que son una invitación a la tranquilidad.

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Había que trasladarse de la Ciudad Luz a la región de Bois d’Arcy, cerca del Palacio de Versalles. Desde la estación Voltaire, a unos 25 minutos de la Torre Eiffel, hay que tomar dos líneas del metro para llegar a la estación de trenes Gard Montparnasse. Ahí, es un desfile de personas con maletas, vacacionistas, personas que quieren alejarse del ruido de la capital francesa. También de algunas personas extraviadas que tienen miedo irse para el otro lado y ese otro lado quién sabe para dónde sea si no se conoce.

Para evitar extravíos y orientar a los confundidos, hay gente servicial con un chaleco morado que indica exactamente en dónde debes esperar el tren.. En los andenes, las pantallas muestra el horario de salida y se tiene que ser puntual en extremo. Este medio de transporte no sale un minuto antes, pero tampoco ninguno después. Si dice 12:20 horas, es 12:20, no hay tiempo de gracia para esperar a alguien. En caso de llegar después del tiempo programado, habrá que esperar al siguiente convoy.

Una vez adentro, la comodidad es mucha. Los asientos son espaciosos y un jueves al mediodía, los usuarios son escasos. El calor de 35 grados de París con su cielo despejado no se sienten en ningún momento en el interior de los vagones. Todo lo contrario, tiene frescura y espacio.

Una vez que llega la hora de partir, justo al momento prometido, el ruido de los trenes es prácticamente nulo. Avanza con una calma que arrulla y relaja a quienes van abordo. Pero no es un buen tiempo para echar la pestaña, sino para admirar un poco el paisaje y las casitas construidas en el camino. Hay vegetación y hogares que lucen campiranos, con tejados en triángulo, mismos que son de un mismo tamaño.

Los graffitis en las bardas también acompañan a la vista. Hay unos que son más estéticos que otros pero se suman a la decoración de los suburbios de París. Mientras eso sucede, una voz femenina en francés e inglés anuncia una a una las estaciones a las que se va llegando.

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Las modernas pantallas que dan las instrucciones son claras y bilingües por lo que no hay mayor margen al desconcierto. La eficiencia del tren ayuda al viajero en todo momento, aunque no exista personal de auxilio dentro de los vagones.

Algunos pasajeros aprovechan lo ligero del viaje para platicar un poco sobre sus aventuras en Francia. Otros prefieren guardar silencio o escuchar música.

La mayoría se baja en Versailles-Chateletes, que está cerca del castillos de Versailles, que cuenta también con unos jardines preciosos.

Llega el momento de bajarse en la estación Fontenay Le Fleury y el placer de viajar en el tren de la Ile de France de media hora termina hasta que haya que emprender el viaje de regreso.

¿CUÁNTAS CUESTA EL TREN DE PARÍS?

El costo mínimo del boleto de tren sencillo de París tiene un costo mínimo de 2.15 euros aunque se puede usar el París Pass que cuesta 70, lo que da acceso ilimitado a todas las medios de transporte en Ile de France durante siete días.

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