México puede presumir un poderío histórico en Clavados. Desde Joaquín Capilla hasta Gabriela Agundez y Alejandra Orozco, los atletas de esta disciplina le han dado al país brillo en tonos dorados, plateados y bronces cuando llega el momento de disputar unos Juegos Olímpicos.

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¿Cuáles son las razones para que nuestro país tenga clavadistas de élite a lo largo del tiempo? Disciplina, trabajo duro y constancia son parte del éxito, pero también las características físicas que tenemos los tricolores. El mexicano, podría decirse, está hecho para triunfar desde los trampolines y la plataforma.

“Es una disciplina, en el futbol puedes improvisar, pero en los clavados, no. Haces algo un poco diferente y vienen las lesiones, los accidentes. El Clavado dura de dos a tres segundos y hay que hacer lo que se te enseñó: la educación es fundamental para hacer los lances.

¿Por qué los mexicanos son potencia en Juegos Olímpicos en clavados?

Además, el somatotipo, el cuerpo que traemos los mexicanos está perfecto, al igual que los chinos, quienes son potencia. Ellos (los asiáticos) por su complexión les funciona mucho para cerrarse más y hacer más giros”, señala Ricardo González, entrenador y juez de Clavados con experiencia internacional.

“En los Clavados debes ser chaparrito. Tenemos un caso diferente a lo normal: Jahir Ociampo, que es muy alto y muy fuerte. Sin embargo trae fuerza que le ayuda a lograr altura y buenos giros. Es caso no cotidiano. Los clavadista somos chaparritos y delgados”, señala el especialista en entrevista con ESTO en París, Francia.

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De acuerdo a la UNAM, el somatotipo ideal de los clavadistas tiene que ser: complexión delgada, elasticidad, saltabilidad” para desarrollar las ejecuciones de manera óptima y obtener calificaciones altas.

Por ejemplo, Agundez tiene una estatura de 1.56, Orozco, 1.62, Osmar Olvera, 1.70 y Kevin Berlín 1.63. En otros deportes como el basquetbol, alta estatura juega un papel fundamental, contrario a los saltos ornamentales.

En París 2024, la delegación nacional cuenta con talentos que aspiran a colgarse medalla como Osmar Olvera, Kevin Berlín, Randal Willars, Gabriela Agundez y Alejandra Orozco. Pese al poderío chino, esta generación de clavadistas mexicanos siempre encuentra la manera de estar en los podios.

“Seguramente vamos a obtener una medalla en los Clavados”, adelanta, quien ha sido entrenador de este deporte desde 2011 y juez Internacional desde 2018.

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¿Cómo se evalúan los clavados?

A lo largo de los años, se ha creído, por lo menos en México, que el aspecto fundamental para que un salto ornamental es la entrada: si el atleta saca o no agua al entrar a la fosa. Pero no es lo único.

“Uno que ve los Clavados por la televisión dices: ‘ah, entro derechito y no sacó agua: ese clavado es de ochos o nueves’, pero no solamente es la entrada al agua. Son cinco elementos los que se califican”, señala González.

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“Primero, la posición inicial, que el el árbitro silba y da la señal de salida, debe estar paradito y derechito. Si ve que se arregla el traje, distraído o viendo al entrenador, es un elemento para poder sancionar y bajarle de medio a dos puntos. El segundo elemento es la aproximación de la Plataforma o el trampolín, si esa llegada a la punta es agradable. El tercer elemento es la salida o altura, la más alta posible y no tan al frente. El cuarto elemento es la ejecución de los giros y el quinto la entrada que sea vertical, que estén apretados, piernas juntas. De esos elementos, le puedes deducir de medio a dos puntos y al final te da el rango de 10”.