París.- La Esquinita es un pedacito de México en uno de los barrios más animados de París, sede de los juegos Olímpicos. No es una tienda de abarrotes cualquiera, sino una donde se vende tortillas, totopos, chiles de todo tipo, salsa Valentina, refrescos Jarritos, mazapanes y hasta máscaras de luchador. Todo lo que un mexicano necesita para pensar que sigue en su patria. O al menos, su estómago así lo sentirá.

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También hay atención con buena onda, música de salsa, camaradería, chistes y carrilla. Los clientes entran y salen satisfechos con sus compras. No sólo son mexicanos, sino también franceses enamorados de la gastronomía nacional.

“Merci, beaucoup!”, expresa una mujer de tez muy blanca que sale con varios paquetes de tortilla en su bolsa.

¿CÓMO SE CREÓ LA TIENDITA? EL LUGAR QUE ES LA SENSACIÓN EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Para crear este establecimiento, se juntaron dos socios que se complementaron hace seis años. Nicolás Jiménez tuvo la idea y Fernando Moreno, la motivación para tener un sitio que bien podría ser la embajada tricolor en Francia. El resto fue trabajo, trabajo y trabajo con un “empujoncito” del Covid que detonó sus ventas en línea, según narran. Su sueño comenzó en un local de seis metros cuadrados. Hoy ya tienen uno cinco veces más grande. De ese tamaño ha sido su éxito.

¿Cómo surgió la idea de La Esquinita? “Vimos, en algún momento, que hacían falta cosas que los mexicanos pudiéramos comer. Empecé en una empresa que importaba productos mexicanos pero no era suficiente. Aquí ya tenemos productos para extrañar menos (a México)”, señala Nicolás en entrevista con ESTO.

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En su exposición sobre el negocio, refiere que “el Covid vino a darnos esa patadita para despegar, porque fue un momento muy difícil a nivel mundial y empezamos a vender por internet. Vendíamos aquí (en el local) directamente, pero las ventas por internet explotaron”.

Hoy, al tener consolidada su clientela, Nicolás enlista que son “las tortillas lo que más se vende, tenemos varias marcas. Las salsas que la gente siempre busca y hay últimamente mucho francés que quieren salsas muy picantes y aquí llegan a un buen lugar. Contrario a lo que pudiéramos pensar, ellos buscan cosas que piquen. También se venden bien los totopos, verdaderos totopos. El francés empieza a descubrir que hay verdaderos totopos”.

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Los anaqueles de La Esquinita lucen llenos y bien surtidos. No le pide nada a las tiendas mexicanas.

¿Cómo se le hace para que el negocio siga con fuerza y con productos que en Europa no son comunes?

“Hay grandes distribuidores en Europa, ellos lo traen y nosotros se los compramos a ellos”, revela Moreno, quien ahonda sobre los permisos de importación: “Es un poco más rápido (en Francia) que en México. Los permisos de importación y eso, por lo menos es más claro. En México no hay un mañana o pasado mañana, (acá) es un poco más preciso”.

Foto: Alfonso Morales

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En cuanto los precios, un kilo de tortilla vale nueve euros (179 pesos), una salsa Valentina de un litro 6.5 (129.36), los Takis, 2.5 (49.75). El kilo de chile poblano 8.20 (163.19) y los Jarritos cuestan 2.40 (47.76).

“Las tortillas lo que más se vende, tenemos varias marcas. Las salsas que la gente siempre busca y hay últimamente mucho francés que quieren salsas muy picantes”
NICOLÁS JIMÉNEZ /SOCIO DE LA ESQUINITA

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