París está listo para vivir sus terceros Juegos Olímpicos, pero en realidad la experiencia supone pura novedad para los franceses. La última vez que la capital francesa albergó la justa fue hace 100 años, por eso quienes lo viven lo hacen con la fuerza que ofrece la primera vez. Sin embargo, hay quien mira la escena con nostalgia. Mientras toma una foto a la plaza cerrada, hay un hombre que dice que los Juegos Olímpicos de París serán tristes. “El pueblo francés está aislado, y creo que para consideraciones de seguridad. Los Juegos están tristes, todo esto no es normal”, dice.

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Aunque en redes sociales corre el rumor de que a partir del próximo viernes habrá un éxodo de franceses, quieres irán a pasar el verano lejos de los tumultos, en realidad el ánimo es bueno en las calles parisinas. Ni siquiera los constantes cortes a la circulación y el hecho de que las concurridas plazas y jardines del centro se hayan “privatizado” con la marca de París 2024 parece molestarlos del todo. La mayoría rodea la zona y aprieta el paso, a ese ritmo veloz que impone la rutina de quien tiene que llegar a algún lado, y no solo pasear y observar los bellos monumentos franceses.

A un costado de la explanada de los Inválidos, la caótica experiencia se vive en pleno. Una mujer policía responde de amable a la fila que se acumula para preguntarle por dónde cruzar del otro lado del río. Y ella responde amable una y otra vez lo mismo, ya sea en francés o en inglés.
“Es bastante increíble lo que está pasando, hay que decirlo, hemos visto que las cosas van encajando poco a poco. En primer lugar, las calles estaban un poco bloqueadas en varios lugares, en La Concorde, etc. Luego, en los últimos días, París se transforma por completo, el escenario y, finalmente, el club, se iluminan con una nueva dimensión. Vemos que París cambia, pero es increíble”, responde un periodista francés que observa la escena un tanto absorto.

¿Qué piensan en París 2024 sobre la seguridad para los Juegos Olímpicos?

El tema de la seguridad no deja de ser noticia. Ni siquiera los parisinos saben de dónde salieron tantos elementos ni porque es que suena tantas sirenas, si no existe en realidad ninguna urgencia. Los carros pasan estruendosos, pero la gente se ha acostumbrado al ruido.

“Cambia muchas cosas ver tantos policías. La organización también se va haciendo un poco a la medida, los policías no siempre saben que reglas deben aplicar. Soy uno de los afortunados que tiene un pase que te permite viajar dentro de la zona prohibida, pero incluso ahí las reglas no son iguales para todos. En realidad es muy complicado, es un gran lío, pero no dura mucho y son juegos, así que nos las arreglamos”, agregó.

Se sabe que la experiencia varía de acuerdo a la edad. No es raro que el hecho de que los Juegos Olímpicos estén en París ilusione más a los jóvenes, que ven en un evento de este tamaño una oportunidad. “Estoy muy feliz de hacer esto, hay muchas oportunidades nuevas para la gente, los Juegos Olímpicos crean muchos puestos de trabajo para jóvenes como yo. Eso es bueno, lo único malo que puedo decir es que hay muchos lugares a los que no puedes ir por motivos de seguridad, pero creo que es algo bueno para Francia y para París, para que los turistas descubran a los franceses”, responde otro de los parisinos, quien observa el movimiento sentado en el frontis del Palacio Nacional de Los Inválidos, justo de frente a la explanada donde se llevarán a cabo las competencias de tiro con arco.
Por ahí también camina una pareja, él lleva el uniforme de Francia y desde lejos se nota que los Juegos le emocionan.
“Es increíble haber llegado después de tres veces y ahora estamos muy emocionados de venir y ver las experiencias de rugby y balonmano en el norte de París”, dice él.

“Aquí estamos en el centro de París y considerando todas las infraestructuras, es genial. El patrimonio de París, la capital, es la Torre Eiffel”, dice ella.

La seguridad y los cortes de circulación no es algo que los moleste. Francia sabía que los Juegos Olímpicos darían paso a un operativo sin precedentes.
“Era necesario, no podemos hacer otra cosa cuando organizamos los Juegos Olímpicos para tener mucha seguridad. Lo que nos parece desafortunado es que no necesariamente sabemos lo que sucede detrás de las gradas, por ejemplo aquí, no sabemos qué tipo de evento podría haber, qué tipo de deporte. Es una pena, tal vez faltan algunos pequeños carteles, pero por lo demás estamos muy bien informados por todos los anfitriones de las calles que nos dicen que es así, es así. Está genial”, dice él.

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