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1, julio 2024 - 17:45

┃ José Ángel Rueda

Edgar Rivera buscará estar por tercera ocasión en unos Juegos Olímpicos / Foto: Cortesía @edgar_riverahj

Los años no detienen al saltador de altura Edgar Rivera en su anhelo de superarse a sí mismo. Como una metáfora de su disciplina, el deportista de 33 años mantiene la vara lo más alto que puede. La exigencia incluye los Juegos Olímpicos de París 2024, justa a la que está muy cerca de clasificar vía ranking, aunque para eso deberá esperar hasta el 3 de julio, día en el que la World Athletics dará a conocer las listas oficiales.

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Rivera está bien posicionado en el listado mundial, al ubicarse en el lugar 30. El saltador debía ganar el Campeonato Nacional para prácticamente asegurar su lugar en sus terceros Juegos Olímpicos, pero la irrupción de los jóvenes Erick y Jair Portillo lo mandaron al tercer lugar, por lo que ahora solo le queda esperar a permanecer dentro de la zona de clasificación. A pesar de la incertidumbre, el sonorense se emociona ante la posibilidad.

“Sería una realización como atleta. Cualquier atleta cuando empieza a hacer cualquier deporte su máxima aspiración son los Juegos Olímpicos. Entonces si Dios me da licencia, tener la oportunidad de participar en tres ediciones, la verdad estaría agradecido con la vida. Nunca imaginé cuando empecé en el deporte que iba a poder estar siquiera en unos Juegos Olímpicos. Estoy muy contento por eso y agradecido con la vida por estas oportunidades y poder seguir haciendo lo que tanto me gusta después de tanto tiempo”, dijo Rivera, en entrevista con ESTO.

ÉDGAR RIVERA AÚN NO PIENSA EN EL RETIRO

Con casi dos décadas en el alto rendimiento, Edgar Rivera ha cumplido la mayoría de objetivos que se ha propuesto. El saltador de altura participó en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 y Tokio 2020, un logro que habla de su constancia. Más allá de que su máximo anhelo es estar en París 2024, el retiro aún no ronda por su mente.

“Ahorita estoy enfocado en los Juegos Olímpicos, primero que nada en ver lo de la clasificación. Terminaré esta temporada y cien por ciento voy a seguir en la siguiente. El año que viene tenemos el Campeonato Mundial en Tokio. Me gustaría estar allá y después voy a evaluar, así será cada temporada, vamos a evaluar cómo nos sentimos, cómo está la motivación. Gracias a Dios, físicamente me siento muy bien. No creo que sea el físico lo que me impida seguir saltando, sino ya vienen otras prioridades”, dijo.

“Acabo de tener un bebé, está la familia, pero vamos a evaluarlo y si puedo hacerlo, si estoy motivado, que es lo más importante. Si creo que puedo seguir representando dignamente a México y hacer buenas marcas, voy a seguir a ver hasta dónde alcanzamos. Al final de cuentas es propio, es como que uno se vaya sintiendo. No hay una edad que uno diga, a esta edad tienes que parar”, agregó.

Más allá de su veteranía, Edgar Rivera se mantiene en máxima plenitud en cuanto a lo físico. El atleta disfruta el poder volar para superar la vara de la misma manera en la que lo hacía cuando era más joven. El hecho de estar dentro de los mejores de su disciplina a nivel nacional lo motiva a seguir, no hay nada que lo limite.

“Es lo bonito, que el atletismo es un deporte individual. Es cien por ciento mérito propio en el sentido que dependes de tu desempeño. Obviamente hay un equipo de trabajo detrás de ti, tu psicólogo, tu coach, tu familia, todo eso. Pero me refiero a que tú estás en el estadio y tú haces todo el desempeño, depende de ti, cada año. Vas ajustando y otra vez sacas el nivel, es algo que da gusto”, dijo.

EL RECAMBIO GENERACIONAL ESTÁ ASEGURADO EN EL SALTO DE ALTURA

Como un apasionado de la competencia, Edgar Rivera vive las pruebas con intensidad. A sus 33 años disfruta el hecho de poder medirse con saltadores más jóvenes que lo llevan a superar sus propios límites. El ejemplo más claro se dio durante la celebración del Campeonato Nacional de Atletismo, donde protagonizó una férrea lucha con Érick y Jair Portillo. Los hermanos registraron una altura de 2.27 metros, mientras que el sonorense quedó en 2.24. El hecho de que el recambio generacional esté asegurado lo llena de orgullo.

“Es común que haya pruebas en México, en el atletismo, en las que de pronto surge una estrella fugaz. Sale una estrella, dura algunos años, se retira y pasa mucho tiempo para que haya otra cara en ese evento, es difícil. Aquí, gracias a Dios, ya tenemos varios años representándonos en la altura en México y ahora con Erick y Jair estoy seguro que van a ser más años”, explicó Rivera.

El atleta sonorense ha fungido como un guía en la carrera de los hermanos, principalmente de Érick, quien está muy cerca de clasificar a París 2024. Rivera reconoce la alta competencia y las cualidades que lo han llevado a convertirse en campeón nacional y uno de los jóvenes con más proyección de cara al futuro.

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“Son atletas con mucho talento, disciplinados, se ve que tienen un gran futuro y la verdad estoy muy contento. Algo aportamos ahí yo creo, estoy contento de que estén ahora ellos, que son las nuevas caras del Salto de Altura. Ahora esperemos que ellos también impulsen a otros jóvenes para que se mantenga esa cadenita y el deporte en Salto de Altura sea reconocido siempre en el mundo”, cerró.