Uruguay se guardó todas las alegrías y su tranquilidad hasta el final. Anoche, quiso vivir en el nerviosismo hasta que se acercara el final del partido. Venció, es líder del Grupo C de la Copa América con tres puntos y mejor diferencia de goles con respecto a Estados Unidos, pero, paradójicamente, también tuvo que padecer para lograrlo. Tanto fue así, que hasta Marcelo Bielsa, técnico de la Celeste, lanzó gritos de alivio cuando vio que el 3-1 se convirtió en el marcador final.

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¿QUIÉN METIÓ EL PRIMER GOL EN EL JUEGO DE URUGUAY VS PANAMÁ?

Muy temprano, Maximiliano Araujo había puesto en ventaja a los uruguayos con un golazo al ángulo, de esos que llaman de bandera (16’). El futbolista del Toluca tomó el esférico en los linderos del área y con un poderoso disparo anidó la pelota. Parecía que se vendría una temprana goleada a favor de los sudamericanos. Pero no fue tan fácil.

Uruguay consintió tanto a los canaleros que estos se crecieron. La garra charrúa característica dejó de apretar y asediar a su contrincante. Los panameños comenzaron a tomar confianza, a acercarse a la meta para insinuar el empate.

Los minutos pasaron y pasaron. Había tensión en el terreno de juego, La Celeste lucía extraviada y Panamá estaba a la expectativa de encontrarse con un tanto que le permitiera soñar con sumar una unidad. Quien haya visto el partido, pensaría que la igualdad hubiera sido justa.

Uruguay tiene pegada, pero por alguna extraña razón se dilató en demostrarlo. Fue hasta el minuto 85 cuando Darwin Núñez amplió la ventaja con el 2-0 y en la compensación el tercero charrúa se consumó, gracias a un cabezazo de Matías Viña.

Panamá nunca se rindió. El tanteador ya lucía pesado, aunque su tesón pudo más y anotaron. Fue un golazo de Michael Murillo para generar el descuento al 90+4. La anotación fue insuficiente para aspirar a algo más que la derrota.

Los uruguayos se fueron con la victoria y la sonrisa. Marcelo Bielsa fue el único que se fue intranquilo. Sus nervios terminaron rotos y sólo agitó el puño porque la victoria, como sea, sigue siendo una victoria.

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