Tras marcar dos de los cuatro goles con los que Uruguay derrotó a Chile en la primera Copa América disputada en 1916, los dirigentes del equipo perdedor solicitaron la anulación del partido por la participación de Isabelino Gradín, uno de los primeros jugadores de color en la historia del futbol.

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Isabelino Gradín nació en Montevideo el ocho de julio de 1897. Su carrera fue tanto de futbolista como de atleta. Su trayectoria como jugador empezó en 1913 con el Club Agraciada de la Divisional Extra, aunque poco después pasó al Peñarol.

Isabelino Gradín fue víctima de racismo en la Copa América de 1916

Isabelino Gradín fue seleccionado nacional de Uruguay durante casi toda su carrera. Su impacto inmediato fue tal que en el juego debut de la Copa América de 1916, marcó doblete ante Chile para sentenciar un contundente cuatro a cero.

Sin embargo, los dirigentes de Chile exigieron la anulación del juego porque al ser un futbolista de color, no estaban seguros si realmente era charrúa o africano.

Los organizadores del torneo hicieron caso omiso a la petición y el torneo siguió con normalidad, mismo donde Uruguay se coronó campeón. De hecho, de las tres primeras justas continentales de la historia, los charrúas ganaron dos, con Isabelino Gradín y Juan Delgado como sus principales figuras y siendo jugadores de color.

Isabelino Gradín incursionó también como atleta, simultáneo al futbol

A inicios del Siglo XX, la carrera de futbolista profesional no era tan redituable, por lo que simultáneo al futbol, Isabelino empezó a competir en atletismo, donde siempre destacó por su potencia y velocidad.

“La gente se levantaba de sus asientos cuando lo veía correr a gran velocidad, dominando la pelota como si caminara”, escribió Eduardo Galeano.

Isabelino compitió en pruebas de 200, 400 metros planos y en 4×400 metros. Allí ganó cuatro medallas de oro en los Campeonatos Sudamericanos de Atletismo.

Aunque su talento en el deporte era innato, él mismo declinó ir a los Juegos Olímpicos de 1928 para poder dar espacio a las nuevas generaciones, siendo que incluso no pudo ir a 1924 por problemas entre el Peñarol y la Federación Uruguaya de Futbol.

Al final, Isabelino falleció con 47 años, pero varios jugadores del Peñarol lograron llevarle sus trofeos para despedirse de él en el hospital.

Hasta la fecha Isabelino Gradín sigue recordado como uno de los pioneros del futbol sudamericano y que no se dejó vencer por los señalamientos racistas.

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