Durante el protocolo de inicio de la Final de la Liga MX Femenil entre Rayadas y América una niña protagonizó un momento que hizo enternecer a las jugadoras de ambos equipos y a toda la gente que asistió al estadio BBVA.

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Fiel a la costumbre, el protocolo inició con la salida de ambas escuadras al terreno de juego, con todas las jugadoras acompañadas de niñas y niños, sin embargo, durante la lectura de la frase que brinda un mensaje de conciencia para el público llegó el momento que le sacó una sonrisa a todos los presentes en el estadio de Rayadas.

La niña salió al campo con toda la actitud, sin embargo, al momento de brindar el mensaje soltó un par de palabras y pasó a quedarse callada para posteriormente intentar retomar el hilo, pero pese a los esfuerzos la emoción del momento pudo más, ante esta situación, tanto la árbitra central, Francia González y Rebeca Bernal alentaron a la pequeña a seguir, mientras el ‘Gigante de Acero’ soltó un aplauso por el valor de la infante.

Finalmente, Kiana Palacios también se unió a los aplausos y la tierna niña salió del terreno de juego ovacionada por toda la afición que se dio cita en el norte de Monterrey para presenciar la histórica final entre Rayadas y América Femenil.

La Final de la Liga MX Femenil contó con un ambiente inigualable

‘Todos somos uno’, fue con la leyenda que el Estadio BBVA recibió a sus Rayadas, que este lunes jugaron la Vuelta de la Final de la Liga MX Femenil; sin embargo, no estuvo lleno como se esperaba.

Una manta que tenía esa leyenda junto con el icónico Cerro de la Silla, y con miles de banderas blancas con el escudo del Club Monterrey, fue como las Rayadas sintieron el cariño de su gente.

Incluso, minutos después de que el equipo regio salió a calentar, en el estadio se escucharon mensajes de algunos aficionados que les pedían a las Rayadas que consiguieran su tercer título: “¡Vamos Rayadas, ustedes pueden!”, ¡Hoy ganamos todos!”, fue parte de lo que les expresaron algunos fanáticos.
En todo momento los gritos y porras de aficionados se escucharon a favor de las Rayadas, así como abucheos para las Águilas.

Y aunque a media semana se anunció que se habían vendido todas las entradas para el partido, la casa de las Rayadas no estuvo llena, pues en la parte superior del Gigante de Acero hubo muchas butacas vacías; sin embargo, en la parte de abajo sí estuvo prácticamente lleno, ya que hubo miles de personas que aprovecharon que además de que todos los boletos costaban 120 pesos, los niños entraban gratis.

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Y aunque de inicio la entrada parecía no ser tan buena, con el paso de los minutos mejoró, pero aún así, el Estadio BBVA no se llenó.