No hubo sorpresas. El alemán Alexander Zverev sin contratiempos venció en dos sets corridos de 6-4 y 7-5 al chileno Nicolás Jarry en un partido que tuvo una duración una hora y 41 minutos y de este modo el teutón conquistó el Masters 1000 de Roma y llegará con la moral a tope para afrontar Roland Garros.

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El germano se agenció el sexto Masters en su trayectoria y llegó a 22 títulos en sus vitrinas dentro de la Asociación Profesional de Tenis (ATP, por sus siglas en inglés). Números aceptables para el quinto mejor jugador del orbe de 27 años.

Zverev llegó como favorito a este compromiso, era el tercer sembrado, sin embargo, no había que fiarse del sorpresivo y aguerrido Jarry, 21 en las preferencias, quien por primera ocasión en su carrera aterrizaba a una final de un evento de tal magnitud.

El andino con mucho que ganar y nada que perder afrontó el partido, pero del otro lado de la red estaba el alemán, quien dejó de lado los escándalos extracancha que atraviesa, para afrontar al cien por ciento concentrado este vital enfrentamiento.

Zverev se agarró de su saque para comandar el duelo. A mazazos con la ametralladora en su brazo, el alemán no tuvo piedad sobre su rival, quien de a poco comenzó a sacar la inexperiencia de afrontar este tipo de partidos.

El esfuerzo estuvo presente, pero no fue suficiente para que el andino concretara una semana redonda, de las mejores de su carrera con todo y que no pudo coronarla. Se quedó con el reconocimiento del público y del propio Zverev.

ALEXANDER ZVEREV SE RECUPERÓ DE SU LESIÓN DEL 2022

Con seis aces y el 95 por ciento de puntos ganados en su primer servicio hicieron la diferencia a favor del germano, sin olvidar que en siete de nueve oportunidades pudo quebrar la pelota a su rival. Nicolás Jarry en ninguna ocasión tuvo la posibilidad de algún rompimiento.

Alexander Zverev se coronó por segunda ocasión en este mil transalpino, antes lo hizo en 2017. Ahora con un mejor aspecto físico tras la grave lesión del tobillo derecho que sufrió en 2022, el alemán sin duda será una de las cartas fuertes para el tercer grande de la temporada.